por: Yesimar Gerdler
21/09/2018 | 2:30 pm
Pixabay
Este viernes, 21 de septiembre, se celebra el Día Mundial del Alzheimer, con el objetivo de promover actividades que ayuden a prevenir esta enfermedad.
La fecha fue establecida en el año 1994 por iniciativa de la Organización Mundial de la Salud (OMS), y la Federación Internacional del Alzheimer.
Esta enfermedad es una forma de demencia común, especialmente entre las personas de la tercera edad. El Alzheimer es una patología neurodegenerativa caracterizada por una pérdida gradual de neuronas, que lleva a la pérdida de la memoria y de otras capacidades mentales tales como el pensamiento y el lenguaje.
Según varios estudios realizados, el Alzheimer es la principal causa de demencia en las personas, llegando a cifras entre el 60 y 70% en todo el mundo.
Según datos de la OMS, alrededor de 47,5 millones de personas en todo el planeta padecen de esta enfermedad, siendo el 58% de esta población habitantes de países de bajos y medios ingresos.
Cada año se suman a esta lista alrededor de 7,7 millones de ciudadanos, y se prevé que para el año 2030 las cifras superen los 130 millones de personas con Alzheimer en todo el mundo.
El Alzheimer es una enfermedad que avanza de manera progresiva y afecta a las personas por fases que pueden dividirse en tres períodos.
En la fase inicial la dependencia del paciente es menor, pues el paciente puede valerse para las actividades básicas, aunque tenga pérdidas de memoria y sufra desorientación. Es en este período cuando debe hacerse el diagnóstico para empezar con el tratamiento de fármacos que puedan frenar la evolución de la enfermedad.
Durante la fase media, el paciente necesita ayuda de los demás para vestirse, lavarse, peinarse, comer o incluso hablar, pues se olvidan de el nombre de los objetos, y del nombre de sus familiares. En esta fase son frecuentes las alucinaciones y los delirios. El paciente reconoce a los seres allegados pero no consigue dar nombre al rostro ni generar recuerdos con ellos.
En la fase última o terminal, el paciente tiene total dependencia externa para cualquier tarea que vaya a realizar, como comer o limpiarse. Durante esta etapa el paciente pierde todo el contacto con cualquier mundo exterior y la capacidad de comunicación o de respuesta con su entorno.
Hasta el momento no existe una cura para el Alzheimer, sin embargo, hay pequeñas rutinas y actividades que pueden ayudar al retraso y/o prevención de la afección.
Tener hábitos de vida saludables pueden reducir el 40% de los casos con Alzheimer o retrasar la llegada de la enfermedad.