por: Yesimar Gerdler
15/02/2019 | 8:00 pm
Pixabay
Un estudio realizado por investigadores del Nationwide Children´s Hospital, en Estados Unidos, reveló que aproximadamente 12 mil 500 menores de edad acuden anualmente a los centros de salud por heridas en el oÃdo relacionadas con el uso de los hisopos.
Pese a que los paquetes advierten especÃficamente que «no deben insertarse en el canal auditivo», la mayorÃa de la gente ignora ese aviso.
Según el estudio, publicado en la revista Journal of Pediatrics, el 73% de las lesiones reportadas ocurrieron durante la «limpieza» de los oÃdos, un 10% mientras los niños jugaban y otros casi 10% se debieron a caÃdas cuando los niños tenÃan los hisopos insertados en la oreja.
Dos tercios de las lesiones fueron en pacientes menores de 8 años y un 25% de las lesiones fue por perforación de tÃmpano.
Pese que la mayorÃa de los casos no requirieron hospitalización, las consecuencias pueden durar en el tiempo: los daños en el tÃmpano, en los huesos de la audición o en el oÃdo interno pueden causar mareos, problemas con el equilibrio y pérdida auditiva irreversible.
Pero además de lesiones en los oÃdos, usar bastoncitos puede ser contraproducente al aumentar el riesgo de que se cree un tapón de cerúmen, al empujar la cera hacia el interior del conducto auditivo.
Contrario a la creencia, la cera de los oÃdos ayuda a mantenerlos lubricados, limpios y protegidos de agentes externos. De hecho, éstos se limpian sin ayuda externa.
Al masticar, mover la mandÃbula y con el nacimiento de piel nueva en el canal auditivo la cera el oÃdo es empujada hacia afuera cayéndose durante el baño habitual.