por: Edgar Pilca
22/09/2025 | 6:30 pm
WAKIL KOHSAR/AFP
En un contraste radical con la austeridad impuesta por el régimen talibán, un floreciente negocio de belleza ha encontrado un hueco en la capital de Afganistán.
Con cerca de 20 establecimientos operativos, las clÃnicas de cirugÃa estética de Kabul prosperan con una oferta de bótox, rellenos labiales y trasplantes de cabello, a pesar de las severas restricciones impuestas sobre la población.
Mientras a las mujeres se les ha limitado drásticamente el acceso a la educación y el empleo, y se les prohÃbe ir a salones de belleza y peluquerÃas, estas clÃnicas de apariencia lujosa parecen operar en bajo el margen de la ley. La explicación de los trabajadores del sector es que son consideradas establecimientos médicos, lo que les permite esquivar las prohibiciones.
La clientela, mayoritariamente adinerada, está compuesta en gran parte por mujeres que, aunque cubiertas de pies a cabeza, rara vez llevan el burka que las cubra por completo, y por hombres que buscan soluciones para la pérdida de cabello.
Esta demanda masculina se ha visto impulsada por la orden talibán de que los hombres dejen crecer su barba a la longitud de un puño.
WAKIL KOHSAR/AFP
Bilal Jan, codirector de la clÃnica EuroAsia, señala que algunos clientes, con recursos limitados, incluso «piden dinero prestado para tener cabello antes de su boda».
Las clÃnicas de Kabul no solo atraen a pacientes, sino también a profesionales extranjeros, principalmente de TurquÃa, que viajan para capacitar al personal local. Los afganos, a su vez, viajan a Estambul para realizar pasantÃas y traer nuevas técnicas. La maquinaria y los productos, como el bótox, se importan desde Asia y Europa.
El gobierno talibán no ha emitido comentarios oficiales sobre estas operaciones, pero según fuentes del sector, su policÃa de la moral supervisa que se cumplan las estrictas reglas de segregación de género en los procedimientos médicos: enfermeros masculinos para pacientes hombres y enfermeras femeninas para las mujeres.
A pesar de que las autoridades prohÃben la alteración de las caracterÃsticas fÃsicas según su interpretación de la ley islámica, la ambigüedad en torno a la categorización de estos servicios como tratamientos médicos les ha permitido continuar operando.
Los precios de estos procedimientos varÃan: los tratamientos con bótox oscilan entre $43 y $87, mientras que los implantes capilares pueden costar entre $260 y $509.
Para atraer a más clientes, las clÃnicas inundan sus redes sociales con imágenes promocionales que prometen piel lisa y labios gruesos.