por: María Fernanda Pérez
20/07/2024 | 5:00 pm
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En las frondosas selvas de Tasmania alguna vez caminó una criatura única: el tigre de Tasmania, un marsupial carnívoro que, lamentablemente, sucumbió a la caza y la pérdida de hábitat a principios del siglo XX.
Su último aliento se exhaló en 1936, dejando un vacío en el ecosistema y una herida profunda en la historia natural.
Pero ahora, una tenue luz de esperanza se enciende en la oscuridad de la extinción. Un equipo de científicos de la Universidad de Estocolmo, liderados por el bioinformático español, Emilio Mármol-Sánchez, ha logrado un avance crucial: la secuenciación de moléculas de ARN del tigre de Tasmania.
Este hito científico abre la puerta a una posibilidad que antes parecía sacada de la ciencia ficción: la resurrección del tigre de Tasmania.
¿Cómo es posible?
La técnica empleada, conocida como secuenciación de ARN monocelular, permite analizar moléculas de ARN de células individuales, incluso de especímenes que han estado extintos durante miles de años.
En el caso del tigre de Tasmania, los científicos utilizaron muestras de tejido preservadas en museos.
El ARN secuenciado contiene información genética valiosísima, similar al ADN, que puede ser utilizada para comprender la biología del animal y, en un futuro, para clonarlo.
Sin embargo, el camino hacia la resurrección del tigre de Tasmania aún es largo y complejo. Se necesitarán avances significativos en técnicas de clonación y en la creación de úteros artificiales para que este sueño se haga realidad.
Lo cierto es que, la resurrección del tigre de Tasmania no solo sería un triunfo científico, sino también un símbolo de esperanza y de nuestra capacidad para enmendar los daños que hemos causado al planeta.