por: María Fernanda Pérez
01/08/2023 | 5:30 pm
Pixabay
Las mariposas son criaturas majestuosas que impresionan con sus gamas de colores, que van cambiando según la luz. Esto es posible ya que su variedad cromática surge de una forma poco común de producir el color. Los tonos más brillantes y oscuros se dan por los pigmentos de sus células, mientras que los fluorescentes o con efecto arco iris se constituyen por la estructura de sus alas.
Estos animales no tienen una sola tonalidad pues, cuando la luz choca con sus escamas milimétricas, es reflejada en varias direcciones y se descompone en varios colores. Para el ojo humano, va cambiando de acuerdo a la posición, este es el llamado «color estructural», fenómeno similar al que ocurre al mirar burbujas de jabón, el lado reproducible de un DVD o en las plumas del pavo real.
Este color es mucho más ligero, no absorbe tanto calor y no se destiñe a lo largo de los años.
Maravillados por este regalo de la naturaleza, científicos de la Universidad Central de Florida (Estados Unidos) desarrollaron lo que a su juicio es la «tinta estructural más leve del mundo», que se puede producir a larga escala.
Según los expertos, esta tinta es tan ligera que podría cubrir un avión Boeing 747 con tan solo 1,3 kilogramos de pintura, en lugar de los 500 kilogramos, cantidad que usualmente se usa en estos casos.
Al ser más livianos, los autos o aviones podrían consumir menos combustible o energía, esto según Pablo Manuel Cencillo Abad, autor principal del estudio.
“Es muy interesante ahora que se hace una transición hacia coches eléctricos. (…) Ahorrar cuanto más sea posible en refrigeración”, explicó el científico.
Asimismo, explicó que como el color está incorporado, no destiñe al largo de tiempo y hace falta que se vuelva a pintar con el paso de los años.
Esta nueva tinta está constituida por aluminio y óxido de aluminio, dos materiales que no tienen pigmento.
Así, el tono percibido a los ojos humanos depende de su formato y tamaño a una escala a nanométrica, un millón de veces más pequeña que un milímetro.
“Crecemos nanopartículas de aluminio y de óxido de aluminio y dependiendo de sus tamaños, absorben ciertos componentes de luz u de otros. (…) Simplemente, tenemos el controlar el tamaño de esas partículas y con una sola estructura podemos generar muchos colores”, indicó el investigador español.