Hueso hallado en Alaska perteneció a un antiguo perro domesticado

Según una reciente investigación, un hueso hallado en Alaska, que durante los últimos 20 años se creyó que era de un oso, perteneció en realidad a uno de los más antiguos perros domesticados que llegaron al continente americano a través del estrecho de Bering.

De acuerdo al análisis genético al que fue sometido el fragmento de fémur, identificado como PP-00128 y encontrado en el sudeste de Alaska, específicamente en el yacimiento de Lawye’s Cave; contenía ADN mitocondrial a través del cual se pudo determinar que este espécimen se separó de los lobos siberianos hace más de 16 mil 700 años.

En este sentido, el estudio proporcionó información a los científicos sobre las rutas que los humanos y los perros siguieron después de atravesar el estrecho de Bering, así como la dieta que mantuvo el canino, la cual se componía de carne de foca, ballena y pescado; que se estiman, pudieron ser sobras de la comida humana.

«La historia de los perros es la historia de los humanos (…) No hay ningún animal que tenga la relación que tienen los perros con los humanos», asegura la arqueóloga de la Universidad de Durham, Angela Perri; quien también señala que, probablemente, este antiguo can debió ser «un husky siberiano o alaskeño, un malamute o un perro de Groenlandia».

Por su parte, el arqueólogo de la Universidad de Alberta, Robert Losey, sugiere que es posible que este perro haya sido «conductualmente similar» a los actuales, capaz de adaptarse a entornos fríos y ser partícipe de las jornadas de cacería de los hombres de antaño.