por: Jonás Rodríguez
04/02/2023 | 4:00 pm
Primicia
Según un informe presentado por la ONU, casi 50 millones de personas son víctimas de la esclavitud moderna, estando atrapadas en trabajos y matrimonios forzados.
En este sentido, el trabajo, que contó con la participación de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y la ONG Walk Free Foundation; detalló que las personas que viven atrapadas en trabajos matrimonios se incrementó en aproximadamente 10 millones entre 2016 y 2021.
Concretamente, se conoció a finales del año pasado se contabilizaron 27,6 millones de personas estaban ejerciendo labores forzadas, mientras que otras 22 millones contrajeron matrimonio contras su voluntad.
«Es impactante que la situación de la esclavitud moderna no mejore (…) Nada puede justificar la persistencia de este abuso fundamental de los derechos humanos», señaló el jefe de la OIT, Guy Ryder.
Los datos reflejan que las mujeres y las niñas representan más de dos tercios de las personas forzadas a casarse. Además, las estimaciones globales han aumentado en 6,6 millones desde 2016.
Por su parte, la cifra de personas que desempeñan un trabajo forzoso aumentó en 2,7 millones durante el mismo lapso de tiempo. Una de cada ocho personas que realizan labores en contra de su voluntad son niños, mientras que casi cuatro de cada cinco son personas en situación de explotación sexual comercial.
De igual forma, los trabajadores migrantes son tres veces más susceptibles a ser sometidos a trabajos forzados que los trabajadores adultos no migrantes.
«La reducción de la vulnerabilidad de los migrantes al trabajo forzoso y a la trata de personas depende, en primer lugar, de marcos políticos y jurídicos nacionales que respeten, protejan y hagan realidad los derechos humanos y las libertades fundamentales de todos los migrantes», comentó el director general de la OIM, António Vitorino.
Adicionalmente, el trabajo puntualizó que la pandemia del Covid-19, empeoró las condiciones de trabajo y aumentó los niveles de duda, ha contribuido también a la «interrupción sin precedentes del empleo y de la educación, así como al aumento de la pobreza extrema, la migración forzada e insegura y la explosión de casos de violencia de género».
Finalmente, el documento indicó que la esclavitud moderna está presente en casi todos los países del mundo, y atraviesa líneas étnicas, culturales y religiosas. Asia y el Pacífico albergan más de la mitad del total de trabajadores forzados del mundo.