Pirámide de Balmoral: Un lugar poco conocido pero con gran valor

En los bosques de Balmoral, Escocia, se encuentra una pirámide perteneciente a la Familia Real británica; un espacio poco conocido pero que tiene mucha historia.

Su estructura, así como su procedencia, es fascinante. Son unos 11 túmulos de piedra, también llamados “Cairns�, y fueron encargados por la reina Victoria en honor a su familia, el que más destaca es una pirámide que se construyó para conmemorar la muerte de su esposo.

Toda la propiedad de Balmoral fue comprada por el príncipe Alberto en 1852, como un regalo para la monarca; más adelante el príncipe construiría un castillo a unos cien metros del primer edificio que estaba en el lugar, debido a que éste no se adecuaba a la familia real.

Una vez se culminó la nueva residencia real, la antigua se demolió, pero, para no olvidarla se ubicó una piedra en el lugar exacto donde estaba la puerta de entrada.

Poco después, comenzaron a conmemorar las actividades esenciales de la Reina con piedras, tanto así que ella decidió erigir un “cairn� para dejar referencia de la compra de la propiedad, también hizo lo mismo para celebrar los matrimonios de cada uno de sus nueve hijos.

Al momento que el príncipe Alberto muere en 1861, la Reina Victoria comenzó a construir varios monumentos en su honor en la finca de Balmoral, de éstos el más importante fue un túmulo en forma de pirámide, el cual se creó en la cima de una pequeña colina.

Se construyó con granito y medía unos 41 pies por 41 pies en la base. Se realizó una inscripción en la base que dice: “A la amada memoria de Albert, el grandioso y buen príncipe consorte�.

La Reina Victoria también mandó a que se construyera un túmulo de este tipo cuando falleció John Brown, un sirviente de su entera confianza, sin embargo, se vio obligada a derribarlo, puesto que su hijo mayor, Eduardo VII, no le agradaba este mayordomo.

En el siglo XXI se construyeron dos túmulos para conmemorar el Jubileo de Diamante de la Reina Isabel II en 2012, el primero de ellos se situó en el pueblo escocés de Ballater y constó de 60 piedras, cada una de ellas representaba un año del reinado de la monarca.

Mientras que el segundo se colocó en la finca de Balmoral y se culminó al colocarle una piedra en la parte superior, además, se esparció whisky de malta de 10 años sobre la última roca cuando se completó, fue inaugurado por la propia Reina Isabel el 08 de agosto de 2012.