por: María Fernanda Pérez
23/09/2024 | 6:30 pm
La antigua ciudad romana de Pompeya, sepultada por la erupción del Vesubio en el año 79 d.C., continúa sorprendiendo a arqueólogos e historiadores con nuevos hallazgos que reescriben nuestra comprensión de la vida en el Imperio Romano.
Un reciente descubrimiento ha revelado un vínculo inesperado entre Pompeya y España, gracias a la identificación de un ciudadano romano de origen hispano.
Numerio Agrestino
Durante las obras de restauración del edificio San Paolino, los arqueólogos se toparon con una tumba que contenía una inscripción dedicada a Numerio Agrestino.
Esta inscripción, escrita en latín, detalla los logros de Agrestino como ingeniero y militar al servicio del emperador Augusto. El nombre «Agrestino» sugiere un origen hispano, posiblemente de la región de Asturias, lo que convierte a este individuo en uno de los primeros españoles conocidos que desempeñaron un papel importante en la Roma antigua.
El hallazgo de la tumba de Numerio Agrestino tiene importantes implicaciones para la comprensión de la historia. De hecho, la presencia de un ingeniero español en Pompeya demuestra la estrecha relación entre Roma y la Hispania romana.
Los romanos valoraban las habilidades de los ingenieros hispanos, quienes contribuyeron significativamente a la construcción de infraestructuras en todo el Imperio.
Lo cierto es que, Agrestino, como ingeniero, debió participar en diversos proyectos de construcción en Pompeya. Su tumba puede proporcionar valiosa información sobre las técnicas de ingeniería utilizadas en la época y sobre la planificación urbana de la ciudad.
Asimismo, la inscripción funeraria de Agrestino puede revelar detalles sobre su vida, su familia y su posición social. Esto permite vislumbrar la diversidad cultural de Pompeya y la integración de personas de diferentes orígenes en la sociedad romana.