por: Jonás Rodríguez
12/06/2021 | 12:00 pm
Pixabay
Generalmente, las semillas de las frutas suelen desecharse, sin embargo, algunas de ellas contienen múltiples nutrientes que ofrecen una variedad de beneficios saludables, tal como es el caso de las semillas de melón.
En este sentido, un artículo publicado en el portal científico Transferencia TEC, el cual es manejado por el Instituto Tecnológico de Monterrey (México), reveló que estas no son dañinas para el humano y que proporcionan efectos positivos.
Según la información divulgada en el sitio web, estas semillas son ricas en vitaminas (A, B6, B12, B3, D y E), calcio, potasio, hierro, magnesio, sodio, fósforo, entre otros minerales.
Además, poseen un alto contenido de proteínas (21 gramos por cada 100 gramos de semillas) y fibra.
Entre los principales beneficios que ofrecen, destacan:
Ayuda a prevenir enfermedades cardíacas
La presencia de ácido linoleico en su composición, ayuda a reducir el colesterol y los triglicéridos, acción que contribuye a disminuir el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.
Dicho elemento también regula la producción de hormonas, mejora el funcionamiento neuronal y fortalece el sistema inmunológico.
Dota tu cuerpo de antioxidantes
Gracias a sus vitaminas, este alimento se sitúa como una gran fuente de antioxidantes, los cuales benefician la apariencia de la piel y retrasan el envejecimiento celular del cuerpo.
Compensa el déficit proteico
Las semillas de melón son ricas en proteína vegetal, razón por la cual sirven para compensar el déficit proteico, especialmente en aquellas personas que están involucradas en dietas veganas o vegetarianas.
Mejoran la digestión
Su aporte de fibra es esencial para favorecer el funcionamiento del aparato digestivo, reduciendo así el riesgo de estreñimiento y problemas gástricos.
Inclusive, este alimento ha sido asociado con la eliminación lombrices intestinales, sin embargo, su efectividad y relación no ha sido totalmente comprobada.
Para consumir estas semillas y aprovechar sus beneficios puedes agregarlas a tus bebidas (agua, batidos, licuados), añadirlas a tus condimentos, elaborar una leche a partir de ellas («leche de melón»), entre otros.
No obstante, los expertos recomiendan consultar su ingesta con un especialista médico, especialmente si existe alguna condición crónica o un plan específico de alimentación.