por: María Fernanda Pérez
25/02/2023 | 6:30 pm
BBC
Gracias a diversos avances en el campo de neuroimágenes y biología molecular, científicos pudieron descubrir una nueva estructura presente en el cerebro humano.
Investigadores provenientes del Centro de Neuromedicina Traslacional de la Universidad de Rochester (EE.UU) y de la Universidad de Copenhague (Dinamarca), la llamaron SLYM y la describen como una parte anteriormente desconocida de la anatomía que actúa como barrera protectora para infecciones e inflamaciones.
¿Por qué se le llama “cuarta meninge”?
Son tres las membranas que recubren al cerebro y se llaman meninges, específicamente son la piamadre, aracnoides y duramadre. Su razón de ser es crear una barrera entre el cerebro y el resto del cuerpo.
Asimismo, en medio de la piamadre y la aracnoides está el espacio subaracnoideo, que contiene líquido cefalorraquídeo, este va circulando dentro y alrededor para proporcionarle soporte y nutrientes. Allí es que se encuentra la cuarta membrana, exactamente encima de la piamadre.
¿Cuál es su función?
La investigadora del Centro de Neuromedicina Traslacional de la Universidad de Copenhague y una de las autoras del estudio, Virginia Plá Requena, manifestó que la hipótesis sostiene que “la SLYM puede actuar como barrera entre el líquido cefalorraquídeo limpio que entra al cerebro y el líquido «sucio» que sale, arrastrando con él proteínas de desecho.”
“En consecuencia, el deterioro de esta membrana dificultaría la limpieza del cerebro, afectando a la función neuronal”, sentenció.
Cabe destacar que gran parte de estos desechos tóxicos están vinculados a enfermedades como el Alzheimer y otras afecciones del sistema nervioso central.
Las investigaciones arrojan que la SLYM es un mesotelio (una membrana que recubre otros órganos como pulmones y corazón.)
“Igual que otros mesotelios, la SLYM podría reducir la fricción entre el cerebro y el cráneo durante tales movimientos”, agregan.
Parte de este estudio fue posible gracias a los estudios que se hicieron en ratones, pues los científicos aseguran que pudieron encontrar la mencionada membrana en los cerebros de estos animales. Sin embargo, los expertos pudieron observarla después en cerebros humanos donados a la ciencia.
Anteriormente no había podido ser observada ya que se desintegra cuando se extrae el cerebro durante las autopsias, mientras que su delgadez impide ser captada por escáneres en personas vivas.
Por otro lado, los investigadores consideran que el descubrimiento de la membrana podría influir considerablemente al entendimiento de las funciones específicas del sistema glinfático.
Virgina Plá apunta que el entendimiento de esta membrana podría ser clave para el desarrollo de nuevos fármacos, como medicamentos que consigan atravesar la barrera hematocefalorraquídea.
“Finalmente, conocer cómo cambia esta membrana en respuesta a la neurodegeneración o el envejecimiento puede ser esencial en intervenciones para el mantenimiento de la función cognitiva”, aseveró.