por: MarÃa Fernanda Pérez
27/10/2025 | 8:30 pm
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El debate sobre la cirugÃa estética en adolescentes se intensifica a medida que más jóvenes exploran el quirófano, poniendo en foco las complejas consecuencias de estas decisiones. Ante el aumento de las cifras, la Dra. Bastidas, experta en medicina funcional, ofrece una perspectiva que mira al adolescente como un sistema completo: biológico, emocional, psicológico y social.
Riesgos: Más allá de lo fÃsico
Los peligros en el quirófano juvenil van más allá de las complicaciones anestésicas, infecciones o cicatrices anómalas, extendiéndose a posibles alteraciones hormonales que pueden incluso modificar el resultado estético a futuro.
Este camino fÃsico está intrÃnsecamente conectado con el ámbito emocional, donde el menor se arriesga a desarrollar dismorfia corporal, una baja autoestima si el resultado es insatisfactorio, o una peligrosa dependencia psicológica de las intervenciones como mecanismo de adaptación social.
Un procedimiento estético no puede desvincularse del estado mental. La medicina funcional subraya la necesidad de evaluar el eje HPA (estrés) y la resiliencia emocional del menor. Un alto nivel de estrés no es solo una sensación; impacta fisiológicamente, lo que puede resultar en una respuesta inflamatoria más intensa y una recuperación más lenta.
Además, la inmadurez emocional incrementa el riesgo de tomar decisiones impulsivas para agradar a otros y la dificultad para comprender los riesgos o la delicadeza de los cuidados postoperatorios, lo que puede culminar en ansiedad o depresión si las expectativas no se cumplen.
Lo cierto es que los procedimientos considerados seguros y éticamente aceptables en menores se centran en la función fisiológica y la salud mental. Esto abarca la cirugÃa reconstructiva (labio leporino, malformaciones), corrección de alteraciones funcionales (rinoplastia por obstrucción nasal severa) o intervenciones mÃnimamente invasivas para tratar problemas como el acné severo, siempre que afecten significativamente la salud mental y social.
La justificación de una cirugÃa plástica en adolescentes se da bajo dos premisas: cuando el procedimiento mejora la función (respiración, audición, movimiento) o cuando existe un impacto psicológico comprobado (bullying severo, aislamiento) que afecta el desarrollo personal y académico. En cualquier caso, debe considerarse la finalización del crecimiento óseo, como es el caso de la rinoplastia, usualmente recomendada después de los 15-16 años en mujeres y los 17 en hombres.