por: Elena Velásquez
28/01/2024 | 9:00 pm
Archivo
De acuerdo a una reciente investigación, la obesidad es una enfermedad estrechamente ligada a la ingesta de fructuosa.
Según el estudio, que fue publicado en la revista especializada Obesity, aunque la fructosa «no es la mayor fuente de ingesta calórica», todo apunta a que el consumo de esta «desencadena un impulso a comer alimentos altos en grasas y en mayores cantidades». Esta situación, lleva a las personas a una «sobrealimentación».
En este sentido, los cientÃficos descubrieron que este tipo de azúcar «provoca un descenso en los niveles de un compuesto llamado adenosÃn trifosfato (ATP), que proporciona energÃa necesaria para muchos procesos metabólicos», por ello, a medida que el organismo va descomponiendo la fructosa «el nivel de ATP baja considerablemente» y el cuerpo recibe «una señal de que falta combustible o energÃa, lo que explicarÃa por qué se abre el apetito»
«La fructosa es lo que desencadena que nuestro metabolismo entre en modo de baja energÃa y perdamos el control del apetito, pero los alimentos grasos se convierten en la principal fuente de calorÃas que impulsan el aumento de peso», expresó el investigador del Anschutz Medical Campus de la Universidad de Colorado (EE.UU), Richard Johnson.
Además, los especialistas resaltaron que «la fructosa provoca también un efecto que impide que el organismo pueda recurrir a la grasa almacenada», por lo cual el cuerpo activa este «modo de baja energÃa» incluso si hay «reservas energéticas disponibles».