¿La dieta del vino verdaderamente funciona?

En el mundo de las dietas, siempre hay nuevas propuestas que buscan atrapar la atención con promesas de resultados rápidos y fáciles.

Una de las más recientes es la dieta del vino, que ha ganado popularidad gracias a la idea de que una copa o dos de vino tinto al día pueden ayudarn a perder peso y mejorar la salud en general.

¿En qué consiste?

La dieta del vino no es un plan alimenticio único y definido, sino más bien un conjunto de recomendaciones que giran en torno al consumo moderado de vino tinto, especialmente durante las comidas.

Generalmente, se basa en los principios de la dieta mediterránea, rica en frutas, verduras, legumbres, cereales integrales, pescado y aceite de oliva. Además del vino, se incluyen proteínas magras como carnes blancas, aves y pescado, junto con productos lácteos bajos en grasa.

¿Tiene respaldo científico?

Si bien algunos estudios sugieren que el consumo moderado de vino tinto, especialmente el proveniente de uvas cultivadas en el Mediterráneo, puede tener algunos beneficios para la salud cardiovascular, la evidencia es aún limitada y no hay consenso científico sobre la eficacia de la dieta del vino para la pérdida de peso.

De hecho, algunos expertos en salud advierten sobre los riesgos potenciales de esta dieta, especialmente si no se sigue cuidadosamente y se combina con un estilo de vida poco saludable.

Riesgos a considerar

Beber más de la cantidad recomendada (una o dos copas al día) puede aumentar el riesgo de enfermedades hepáticas, cardíacas y algunos tipos de cáncer.

Asimismo, el alcohol puede interactuar con ciertos medicamentos, por lo que es importante consultar con un médico antes de comenzar la dieta.

Además, si no se siguen cuidadosamente las pautas de la dieta, la dieta del vino puede provocar deficiencias de nutrientes esenciales.