por: Redacción
11/08/2017 | 11:54 am
AP
Por lo menos un diplomático canadiense en Cuba también ha recibido tratamiento por pérdida auditiva, informó el jueves el gobierno canadiense, después de que trascendiera que un grupo de diplomáticos estadounidenses en La Habana sufrieron este mismo trastorno.
Según funcionarios estadounidenses, la pérdida de audición habría sido causada por un dispositivo sónico.
La portavoz de Asuntos Globales de Canadá, Brianne Maxwell, dijo que funcionarios canadienses «están al tanto de síntomas inusuales que afectaron a trabajadores diplomáticos de Estados Unidos y Canadá y a sus familiares en La Habana. El gobierno está trabajando activamente, incluso junto con autoridades de Estados Unidos y Cuba, para descubrir la causa».
Maxwell agregó que los funcionarios no tienen motivos para creer que turistas canadienses y otros visitantes podrían haber sido afectados. Canadá ayudó a concretar las negociaciones entre Cuba y Estados Unidos que conllevaron a la restauración de relaciones diplomáticas.
En el 2016, varios diplomáticos estadounidenses comenzaron a sufrir de una inexplicable pérdida auditiva, de acuerdo con funcionarios enterados de la investigación del caso. Varios diplomáticos acababan de llegar a la embajada, que reabrió en el 2015 como parte del restablecimiento de relaciones con Cuba alcanzado por el gobierno del expresidente Barack Obama.
Algunos de los síntomas de los diplomáticos estadounidenses fueron tan severos que se vieron obligados a cancelar sus asignaciones antes de lo esperado y regresaron a Estados Unidos, dijeron funcionarios. Luego de una investigación de meses, funcionarios estadounidenses concluyeron que los diplomáticos habían sido atacados con una avanzada arma sónica que funciona fuera del rango audible y que había sido colocado afuera o dentro de sus viviendas.
No queda claro de inmediato si el dispositivo era un arma usada en un ataque deliberado, o si tenía otro propósito.
Los funcionarios estadounidenses no estaban autorizados para declarar públicamente sobre la investigación, así que hablaron bajo condición de anonimato.
Heather Nauert, portavoz del Departamento de Estado, dijo que, en represalia, Estados Unidos expulsó a dos diplomáticos cubanos de su embajada en Washington el 23 de mayo. Nauert no dijo cuántos diplomáticos estadounidenses fueron afectados ni confirmó que hayan sufrido pérdida auditiva. Sólo dijo que habían tenido «diversos síntomas físicos».
El gobierno cubano dijo el miércoles en un comunicado extenso que «Cuba jamás ha permitido ni permitirá que el territorio cubano sea utilizado para cualquier acción en contra de funcionarios diplomáticos acreditados ni sus familiares, sin excepción”.
La cancillería indicó en el texto que había sido informada de los incidentes el 17 de febrero y que lanzó una “investigación exhaustiva, prioritaria y urgente por indicación del más alto nivel del gobierno cubano”.
Señaló también que la decisión estadounidense de expulsar a dos diplomáticos cubanos fue “injustificada e infundada”.
El Ministerio de Relaciones Exteriores dijo que había formado una comisión de expertos para analizar los incidentes y había reforzado la seguridad alrededor de la embajada de Estados Unidos y en las residencias de políticos cubanos.
“Cuba es considerada universalmente como un destino seguro para visitantes y diplomáticos extranjeros, incluidos los estadounidenses”, se afirma en el texto.
Funcionarios de Estados Unidos le dijeron a The Associated Press que unos cinco diplomáticos, varios de ellos casados, habían resultado afectados. Ningún niño sufrió daños, agregó.
El FBI y el Servicio de Seguridad Diplomática están investigando.
Cuba cuenta con todo un sistema de seguridad que mantiene a muchas personas bajo vigilancia, y los diplomáticos estadounidenses están entre las personas que las autoridades monitorean más de cerca en la isla. Al igual que casi todos los diplomáticos extranjeros en Cuba, las víctimas de los incidentes radicaban en viviendas propiedad del gobierno.
Sin embargo, funcionarios al tanto de la pesquisa dijeron que los investigadores examinan la posibilidad de que los incidentes hayan sido efectuados por un tercer país, como por ejemplo Rusia, que tal vez operó sin que el liderazgo político cubano se enterara.
Nauert dijo que los investigadores aún no tienen una explicación definitiva acerca de los incidentes, pero hicieron énfasis en que los toman “muy en serio”, como demuestra la expulsión de los diplomáticos cubanos.