por: Agencias
12/04/2016 | 4:47 pm
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El Real Madrid se clasificó este martes para las semifinales de la Liga de Campeones por sexta temporada consecutiva después de lograr la remontada ansiada ante un correoso Wolfsburgo, que sólo hincó la rodilla ante el acierto del portugués Cristiano Ronaldo, auténtico protagonista del 3-0 con el que los de Zinédine Zidane levantaron el 2-0 de la ida.
No remontaba el conjunto blanco una eliminatoria continental en el Santiago Bernabéu desde hace 14 años. El rival en esta ocasión, no era ninguno de los «todopoderosos» del Viejo Continente, sino un Wolfsburgo que gracias a la ida tuvo opciones hasta el pitido final, que desató la euforia del público madridista, que celebró la gesta sin importarle cual era la entidad del oponente.
Fue sin duda la noche mágica de Cristiano Ronaldo. El portugués no hizo un partido majestuoso, pero sí lo que mejor sabe hacer: marcar goles. Un balón suelto, un cabezazo a la salida de un corner y un lanzamiento de falta encumbraron al luso, que ya ha marcado 16 goles en la Champions, sólo a uno de su récord de 17 que llevaron a su equipo a conquistar la «Décima».
Tres fogonazos que salvaron un partido áspero por el planteamiento de los lobos, que siempre jugaron con su marcador de una semana y que pusieron más complicaciones de las previstas desde el 18 de marzo y a los que no les temblaron las piernas cuando en dos minutos y pasado el primer cuarto de hora ya habían dilapidado su renta.
El Real Madrid cumplió el guión previsto en la víspera por Zidane. Salió con ímpetu y tensión, pero sin excesivas prisas ante un rival que repitió once y planteamiento, con las líneas juntas, sin referencia arriba y con Arnold incomodando a Modric. Así, el primer cuarto de hora se asemejó mucho al de la ida, aunque los locales no encontraban la forma de intimidar pese al empuje de un Bernabéu consciente de su papel desde antes del partido.
Sin embargo, todo cambió en un instante. Carvajal, ausente en la ida, se adelantó con fuerza a Draxler y corrió hasta el área para meter un centro donde ni Dante ni Naldo tuvieron tanta fe como el lateral y no acertaron a despejar un balón que Cristiano no perdonó para el 1-0. Sin tiempo para asimilarlo, Vierinha salvó el segundo del portugués, pero sólo fue un aplazamiento porque en el córner el de Madeira apareció en el primer palo para igualar la eliminatoria.
Con dos goles encajados en apenas dos minutos, era el momento de ver de que estaban hechos los de Dieter Hecking, cuyo planteamiento no varió, sabedores de que un gol complicaría las cosas a los madridistas, por lo que no arriesgó en exceso y simplemente intentó tener más el balón para enfriar el partido, gracias a la experiencia de Luiz Gustavo.
El equipo madridista, con el excelente trabajo en el medio de Casemiro para barrer casi todo, también se tomó un respiro y le pudo costar caro. Los visitantes perdieron a Draxler por lesión, peor gozaron de sus dos mejores ocasiones sin su estrella en el campo, con un disparo de Luiz Gustavo al que respondió bien Keylor Navas y una aún más peligrosa que un lento Bruno Henrique desperdició. Por parte blanca, dos de Benzema, una, en el descuento, con el francés demasiado frío para resolver.