por: Elena Velásquez
26/12/2023 | 7:00 am
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Este martes, 26 de diciembre, se cumplen 119 años del nacimiento del escritor, periodista y musicólogo, Alejo Carpentier Valmont; considerado uno de los exponentes más importantes de la literatura en lengua española, perteneciente al siglo XX, especialmente por utilizar lo «Real Maravilloso», como una forma literaria que se basa en la creencia de que lo extraordinario no se relaciona con estándares de belleza, sino con la capacidad de causar asombro.
Su vida estuvo marcada por el entremezclado de culturas que, posteriormente, influiría en su narrativa. Nacido en la ciudad suiza de Lausana en 1904, tenía ascendencia francesa por el lado paterno y rusa, por el materno; sin embargo, sus primeros años no los vivió en Europa, sino en Cuba, país que, con el paso de los años, se convertiría en su patria.
Durante sus primeros años de vida, sus padres se ocuparon de su educación y posteriormente, cursó estudios en el liceo Janson de Sailly, ubicado en París; en el Instituto de Segunda Enseñanza de La Habana y en la escuela de Arquitectura de esa misma ciudad, aunque abandonó esta última.
Hacia la década de los 20, se implicó en el ámbito político, afiliándose a grupos artísticos contrarios a la dictadura de Gerardo Machado, lo que le llevó a participar del fallido movimiento insurreccional de la llamada «Asociación de Veteranos y Patriotas» en 1923; y, cuatro años más tarde, tras adherirse al Manifesto Minorista, fue encarcelado por «profesar ideas comunistas», por lo que, al lograr su libertad condicional, huyó a Francia.
Carpentier vivió en la nación europea durante 12 años, en los que se nutrió de nuevas técnicas literarias que le llevaron a unirse al movimiento surrealista, el cual marcó su estilo para los cuentos cortos: «El estudiante», «El milagro del ascensor» y «Histoire de Lunes», este último, escrito en francés.
Sin embargo, el hito más resaltante de esta etapa de la vida del escritor fue «¡Ecué-Yamba-Ó!», su primera novela que, aunque la había comenzado a escribir durante el tiempo que estuvo encarcelado en Cuba, no logró culminarla sino hasta 1933.
Posteriormente viajó a España, México y Haití, antes de radicarse en Venezuela; donde vivió por 14 años. Allí desarrolló ampliamente su estilo narrativo, que reflejó en las novelas «El reino de este mundo», «Los pasos perdidos» y «El siglo de las luces», así como los cuentos «Los advertidos» y «El derecho de asilo».
En 1959 regresó a Cuba y en 1962, se convirtió en el director ejecutivo de la Editorial Nacional de Cuba y posteriormente, fue designado ministro consejero de la Embajada cubana en París.
Por su obra recibió el Premio al Mejor Libro Extranjero en Francia, en 1956; el Premio Internacional Alfonso Reyes, en México en 1975; el premio Miguel de Cervantes, en España, en 1977 y el Premio Medicis Extranjero, en Francia, en 1979.
Carpentier falleció mientras desempeñaba funciones diplomáticas en la ciudad de París, Francia, el 24 de abril de 1980; por lo que, posteriormente, sus restos fueron repatriados a Cuba, donde descansan en el Cementerio Colón, ubicado en La Habana.