por: Inés Reyes
15/04/2019 | 8:00 am
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El Lunes Santo se recuerda dos pasajes en la vida pública de Jesús durante esta semana de reflexión: La Unción en Betania y la expulsión de los mercaderes del templo de Jerusalén, hechos relatados en el Evangelio de San Juan.
Betania es una ciudad con relevancia durante la vida pública de Jesús. Fue ahí donde vivió su primo Lázaro, al que resucitó en uno de los hechos más brillantes de su vida pública.
Tras ese suceso, Jesús se quedó unos días más en casa de Lázaro y su familia, además de María Magdalena y Judas Iscariote, quien murmuraba cierta avaricia que iba a derivar en su posterior traición por 30 monedas de plata.
Sin embargo, María Magdalena, ungió los pies de Cristo con costosos perfumes, pese a que fue considerada por el pueblo judío como una mujer pecadora y que debía ser asesinada con piedras.
En este día, también se recuerda el momento en que Jesucristo expulsaba a los comerciantes del templo, lanzando latigazos a quienes le faltaban el respeto a la casa de su Padre Celestial.
Además, se realizan innumerables actos de penitencias y confesiones en cada iglesia o parroquia de la ciudad.