por: Inés Reyes
20/09/2017 | 8:55 am
AP
Varias horas después del sismo de 7.1 grados que sacudió el pasado martes el centro de México y dejó al menos 226 muertos en cinco estados, las imágenes se repetían: edificios destruidos, rostros descompuestos por la angustia y cientos de personas trabajando codo a codo con las autoridades para rescatar a quienes quedaron atrapados bajo los escombros.
El temblor produjo grietas, derrumbes e incendios en comercios, escuelas, hospitales y oficinas de la Ciudad de México.
Diversos negocios cerraron, el tráfico mantenía las avenidas paralizadas y desde sus automóviles la gente escuchaba con preocupación los últimos reportes de daños y fallecidos.
Horas después del sismo, rescatistas comenzaron a buscar sobrevivientes entre los restos de una escuela primaria que se derrumbó parcialmente en el sur de la ciudad.
Algunos familiares dijeron que habían recibido mensajes de texto de dos niñas en el interior.
El secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño, indicó en un tuit que 25 personas habían muerto, 11 habían sido rescatadas y 30 seguían desaparecidas en la escuela Enrique Rebsamen.
El Presidente de México, Enrique Peña Nieto, difundió más tarde un mensaje en video llamando a la calma y señalando que las autoridades se enfocarán en la búsqueda de personas que quedaron atrapadas bajo los escombros de inmuebles colapsados.
“La prioridad en este momento es continuar el rescate de quienes aún se encuentran atrapados y dar atención médica a los heridos”, señaló en un mensaje a la nación desde la capital del país.
El sismo ocurrió menos de dos semanas después de otro de 8.1 grados de magnitud que dejó más de 90 muertos en el sur del país. También coincidió con el aniversario del terremoto de 1985, el más letal en la historia del país, que dejó miles de fallecidos sólo en la capital y poco después de que se realizara un simulacro a nivel nacional para recordar este hecho.
El Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés) señaló que el sismo tuvo una magnitud de 7.11 grados y que el epicentro se ubicó a cinco kilómetros al noreste de la localidad de Raboso, en el estado de Puebla. El movimiento, que tuvo 51 kilómetros de profundidad, se registró poco después de la una de la tarde hora local (18:14 GMT).
Por la noche, el Coordinador Nacional de Protección Civil, Luis Felipe Puente, señaló en su cuenta de Twitter que el número total de fallecidos había ascendido a 149 en todo el país: 55 en Morelos, 49 en la Ciudad de México, 32 en Puebla, 10 en el Estado de México y tres en Guerrero.
Por la tarde, el gobierno de Oaxaca emitió un comunicado donde mencionaba un fallecido más, lo que ubicaría el número en 150, pero la autoridad federal no confirmó esta información.
Horas antes se informó que al menos 70 personas habían sido hospitalizadas por heridas tras el temblor.
En un mensaje a la nación, Peña Nieto dijo la noche del martes que la prioridad era el rescate de la gente atrapada bajo los escombros de inmuebles caídos y la atención de los heridos. Refirió que no había electricidad en 40% de la Ciudad de México y en 60% del estado central de Morelos.
El Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México suspendió por varias horas sus operaciones, pero anunció la reapertura tras verificar que no se presentaron daños en las pistas.
Las primeras imágenes que circularon en televisión y redes sociales dieron cuenta de los derrumbes en las colonias Condesa y Roma y al menos un edificio se desplomó en la Zona Rosa, todas en la zona centro de la capital. También mostraron afectaciones al sur de la ciudad, donde una de las tribunas del estadio Azteca se cuarteó.