por: Yesimar Gerdler
26/04/2022 | 10:00 am
Unión Radio
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, aseguró que Rusia «sigue atentamente» la situación que se vive en la región separatista moldava de Transnistria, de mayoría rusohablante.
«Lo único que puedo decir es que seguimos muy atentamente cómo se desarrolla la situación (…) Sin duda, la noticias que llegan desde allí causan preocupación», afirmó.
A través de su canal en Telegram, la Presidencia de dicha zona denunció que entre ayer y hoy «hubo tres ataques terroristas».
«Dispararon lanzagranadas contra el edificio del Ministerio de Seguridad del Estado, hubo dos explosiones en el centro de la radiotelevisión del pueblo de Maiak y también atacaron una unidad militar en Parcani», precisó el despacho.
Ante esta situación, Peskov negó que el Presidente ruso, Vladímir Putin, planee mantener consultas con su homóloga moldava, Maia Sandu, sobre los hechos ocurridos.
En otro orden de ideas, el Kremlin anunció la expulsión de tres diplomáticos suecos, como respuesta a la medida similar adoptada por la Administración de Estocolmo el pasado 05 de abril.
De acuerdo a un comunicado publicado por el despacho ruso de Exteriores, Moscú acusó a los funcionarios de supuestamente realizar actividades de espionaje y al Gobierno de Magdalena Andersson de apoyar a Ucrania y «ocultar los crímenes de los nacionalistas ucranianos contra la población civil del Donbás y Ucrania».
Tras conocerse la medida, la ministra de Exteriores sueca, Ann Linde, no descartó la adopción de medidas similares en el futuro.
Recordemos que las relaciones diplomáticas entre ambos países se han deteriorado desde que Moscú amenazara con desplegar armas nucleares en el mar Báltico si Suecia y Finlandia ingresan en la Otan.
Por su parte, el secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), António Guterres, declaró que el organismo está dispuesto «a hacer todo lo posible para poner fin a la guerra en Ucrania»
En una reunión con el canciller ruso, Serguéi Lavrov, el diplomático portugués aseguró que la agencia está «profundamente interesada en estos momentos en hacer todo lo posible por poner fin a la guerra en Ucrania lo antes posible, y hacer todo lo posible para minimizar el sufrimiento de la gente y reducir el impacto en los grupos vulnerables de otras partes del mundo».
Al respecto, el secretario general de la ONU aseguró que «el mundo enfrenta actualmente una situación compleja», con «diferentes interpretaciones respecto a lo que sucede» en territorio ucraniano; pero añadió que «no hay límites para la posibilidad de llevar a cabo un diálogo muy serio para saber cómo minimizar el sufrimiento de la gente».
Guterres añadió que el organismo que preside está interesado «en minimizar el impacto que podría tener este conflicto en otras partes del mundo», las cuales podrían verse afectadas «no solo por las consecuencias de la pandemia del Covid-19 y las relaciones comerciales injustas, sino por un incremento de los precios de la comida y la energía».
Por su parte, el jefe de la diplomacia rusa aseguró que su país «respondió rápidamente a la iniciativa y accedió a conversar sobre una serie de temas importantes», incluyendo la situación en torno a Ucrania, «que cataliza los múltiples problemas acumulados durante las últimas décadas en la región euroatlántica».
Finalmente, la portavoz de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), Shabia Mantoo, estimó que, antes de finales de año, hayan aproximadamente 8,3 millones de refugiados ucranianos, principalmente en países vecinos como Polonia, Hungría, Moldavia, Rumanía y Eslovaquia.
«El impacto humanitario y el sufrimiento causado por esta guerra son abrumadores: familias divididas, viviendas e infraestructuras destruidas, y el trauma de este conflicto será duradero en aquellos que han tenido que dejar sus hogares, incluidos mujeres y niños que suponen un 90 % de este éxodo», lamentó la funcionaria.
De acuerdo a las cifras que actualiza diariamente el organismo, a principios del conflicto, iniciado el 24 de febrero, se anticipó que el mismo causaría unos 4 millones de refugiados, «estimación que ya se ha rebasado», puesto que, actualmente, la cifra de personas que huyen de Ucrania por la guerra «son más de 5,26 millones»; número al que se deben sumar al menos 7,7 millones de desplazados internos dentro del país.
En caso de cumplirse con las nuevas previsiones de la agencia, la crisis de refugiados ucraniana, considerada la peor que ha vivido Europa desde el final de la Segunda Guerra Mundial, superaría en número a otros grandes éxodos actuales: como los de Venezuela (6 millones de personas) o Siria (6,8 millones en una década de guerra civil).
Asimismo, la Acnur también maneja que, aproximadamente 1,1 millones de ucranianos han vuelto a entrar a su país en los dos meses de guerra, aunque, según explicó Mantoo, en muchos casos podría tratarse de «movimientos pendulares» (gente que entra y sale de su país).
«La cifra no representa un regreso sostenido, ya que la situación sigue siendo altamente volátil e impredecible», indicó la portavoz, quien señaló que los refugiados proceden de «prácticamente todas las regiones de Ucrania» y sus principales destinos para reasentarse son países de la Unión Europea.