por: Yorman Sarmiento
31/10/2022 | 10:00 am
Economía Digital
Con el 50,83% de los votos, el líder de izquierda, Luiz Inácio Lula da Silva, se convirtió en el ganador de la contienda electoral en Brasil este domingo, mientras que el ultraderechista, Jair Bolsonaro, obtuvo el 49,17% de los sufragios.
Según revelaron medios locales, los datos arrojaron un margen muy estrecho en el cual se evidenció una división de pensamientos en la nación; además, el proceso electoral fue bastante parejo, la diferencia de votos fue de 1,9 millones a favor de Lula, para un total de 156 millones de electores.
Pocos minutos después de conocerse los resultados, cientos de personas se reunieron en la avenida Paulista de Sao Paulo para ratificar el apoyo a Lula da Silva, quien en su primer discurso se comprometió a “restablecer la paz” y gobernar para “todos”.
Asimismo, el líder del Partido de los Trabajadores comentó que a partir de enero de 2023 gobernará para 213 millones de brasileños, y afirmó que no existen «dos brasiles» y que «somos un único país, un único pueblo, una gran nación».
En este sentido, Lula da Silva aseguró que fortalecerá la lucha contra la «violencia machista» y que enfrentará «sin tregua» el racismo y la discriminación, con el objetivo de que «blancos, negros e indígenas puedan disponer de los mismos derechos».
Por su parte, los líderes de América Latina y el mundo respaldaron el éxito del izquierdista; en el caso del Presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, manifestó su alegría por la victoria de Lula afirmando que “en Brasil triunfó la democracia”.
De igual manera, el Presidente de Estados Unidos, Joe Biden, señaló que esperan trabajar juntos “para proseguir con la cooperación entre los dos países en los próximos meses y años”.
Mientras que Alberto Fernández, mandatario de Argentina, enfatizó que esta victoria «abre un tiempo de esperanza y futuro» para el gigante americano.
“Acá tenés un compañero para trabajar y soñar a lo grande el buen vivir de nuestros pueblos”, agregó.
Se espera que, en enero de 2023, Lula asuma su cargo como Presidente de Brasil, teniendo como vicepresidente al exgobernador de Sao Paulo, Geraldo Alckmin.