por: Elena Velásquez
04/05/2022 | 10:00 am
El Español
En su última rueda de prensa, el portavoz de la Presidencia de Rusia, Dmitri Peskov, negó que su país pretenda «declarar la guerra» a Ucrania el próximo 09 de mayo.
Durante sus declaraciones, el funcionario aseguró que el rumor de que Moscú declararía la guerra contra la nación ucraniana con motivo del «Día de la Victoria sobre la Alemania nazi», es sencillamente un «disparate», por lo que reiteró que no se debe prestar atención a estas informaciones.
Por otra parte, el portavoz del Ministerio de Defensa ruso, Igor Konashénkov, afirmó que sus tropas destruyeron seis subestaciones eléctricas en suelo ucraniano, las cuales supuestamente servían a los defensores del Donbás para la recepción de armas y municiones.
«Armas lanzadas desde el aire y el mar de alta precisión y largo alcance destruyeron seis subestaciones eléctricas de tracción en las áreas de las estaciones de tren de Podbortsy, Leópolis, Volonets, Timkovo y Pyatikhatka, a través de las cuales se abastecía de armas y municiones hechas en EE.UU y países europeos a las tropas ucranianas en el Donbás», detalló.
En otras noticias asociadas al conflicto, el Ministerio de Exteriores ruso anunció que, en vista de que el Gobierno de Japón, encabezado por Fumio Kishida, «ha desatado una campaña antirrusa sin precedentes» que incluye «calumnias y amenazas directas»; Moscú resolvió imponer sanciones a 63 altos funcionarios y políticos nipones.
En este sentido, el ente indicó que la lista, que es liderada por el propio Kishida, también incluye «personalidades públicas, expertos y representantes de los medios japoneses» que siguen «el discurso tendencioso de Occidente».
Asimismo, señalaron que la actitud de Tokio «da pasos prácticos dirigidos a desmontar las relaciones de buena vecindad, dañar a la economía rusa y el prestigio internacional de nuestro país».
En otro escenario desde el lado occidental, la presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen, propuso un nuevo paquete de sanciones contra Rusia en el que, por primera vez desde el inicio de estas limitaciones, se busca aplicar un veto progresivo a las compras de petróleo ruso, con excepciones únicamente para Hungría y Eslovaquia.
Finalmente, se conoció que al cierre de la jornada de este martes, 03 de mayo, culminó con éxito la primera parte de la evacuación de los civiles que se encontraban refugiados en la metalúrgica de Azovstal, en la ciudad de Mariúpol, al sur de Ucrania.
Según explicaron portavoces de las Naciones Unidas, el rescate «fue una operación extremadamente complicada», puesto que los refugiados tardaron más de 24 horas para cruzar los 220 kilómetros hasta Zaporiyia, sorteando minas y ataques con morteros; en un recorrido que, bajo condiciones normales, no debía tardar más de tres horas.
De acuerdo las cifras de los voluntarios que recibieron a los desplazados, un total de 137 personas lograron escapar de la ciudad sitiada por fuerzas rusas, mientras que más de tres decenas de personas que también lograron salir de la planta optaron por quedarse en la localidad.
No obstante, los responsables expresaron su preocupación por el resto de la población que permanece en la fábrica, puesto que hay reportes de numerosos heridos y se ha escuchado fuego cruzado en las instalaciones.