por: María Fernanda Pérez
09/07/2025 | 2:30 pm
RONALDO SCHEMIDT / AFP
Las inundaciones catastróficas que asolaron Texas el pasado fin de semana dejaron un saldo desolador: más de 109 personas han perdido la vida y al menos 161 permanecen desaparecidas. El gobernador del estado, Greg Abbott, ha calificado la búsqueda de los desaparecidos como la «prioridad número uno», mientras la magnitud de la tragedia continúa revelándose.
Epicentro de la devastación: Condado de Kerr
El condado de Kerr, donde se encuentran las localidades de Hunt y Kerrville, ha sido el más afectado, concentrando 94 de las muertes confirmadas y la totalidad de los desaparecidos. Las autoridades de la región han implementado un sistema de registro para que los ciudadanos informen sobre sus seres queridos, cotejando esta información con los cuerpos identificados. El gobernador Abbott advirtió que la lista de desaparecidos «muy probablemente» aumentará a medida que se procesen nuevos datos, incluyendo a personas que no estaban registradas en campamentos o alojamientos.
La tragedia se profundiza por la alarmante cantidad de víctimas menores de edad. En Kerr, 30 de los fallecidos o desaparecidos son niños, incluyendo 21 muertes confirmadas y 6 desapariciones vinculadas a un campamento cristiano para jóvenes.
De este modo, las autoridades locales han sido objeto de fuertes cuestionamientos por parte de residentes y expertos, quienes critican la ausencia de órdenes de evacuación en las zonas cercanas al río, a pesar de las intensas lluvias. En respuesta a estas presiones, el gobernador Abbott anunció una sesión especial de la legislatura estatal. El objetivo de esta sesión es examinar «cada aspecto de la tormenta» y asegurar la implementación de sistemas preventivos para futuras tragedias. Sin embargo, el alguacil de Kerr, Larry Leitha Jr., ha enfatizado que su prioridad actual es la ubicación, identificación y notificación a los familiares de los desaparecidos, no la evaluación de la respuesta de las autoridades durante la noche del 4 de julio.
Varios residentes de Kerrville han testificado haber recibido alertas de inundación y fuertes lluvias en la madrugada del 4 de julio por parte del Servicio Nacional de Meteorología (NWS), pero sin indicaciones de evacuación. El NWS había emitido alertas de amenaza de inundaciones para los condados de Bandera y Kerr desde la 1:00 p.m. del sábado. Las autoridades reconocieron, en sus primeras ruedas de prensa post-desastre, que los pronósticos subestimaron significativamente las precipitaciones.