Ucrania: 265 defensores ucranianos evacuaron de Azovstal

Tras pasar semanas pertrechados en las instalaciones de acería de Azovstal, en Mariúpol, al sur de Ucrania, 265 defensores ucranianos fueron evacuados del lugar y permanecen como «prisioneros de guerra» en Olénivka, localidad controlada por Rusia.

Según informaron autoridades rusas, los miembros de la unidad nacionalista de Azov y los militares ucranianos bloqueados en la planta depusieron las armas y se entregaron a las fuerzas rusas. Tras esto, se permitió que los soldados que necesitaban atención médica fueran enviados al hospital de Novoazovsk.

No obstante, el Estado Mayor del Ejército ucraniano anunció que la «rendición» de la habla Rusia fue en realidad producto de una orden directa del Comando Militar Supremo, que definió como imperativa la necesidad de «salvar la vida del personal».

Por su parte, el Presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, expresó su deseo de salvar las vidas de los soldados que resistieron en Azovstal, puesto que su nación «necesita héroes ucranianos vivos».

«Gracias a las acciones del ejército ucraniano, las Fuerzas Armadas de Ucrania, la inteligencia, el equipo negociador, el Comité Internacional de la Cruz Roja y las Naciones Unidas, esperamos poder salvar las vidas de nuestros hombres (…) Este es nuestro principio, creo que todo el mundo entenderá estas palabras», dijo.

Sin embargo, recordó que se requiere «delicadeza y tiempo» para lograr el rescate de los defensores de Mariúpol, pero se espera programar un intercambio de prisioneros de guerra, para lograr que los militares ucranianos regresen al territorio controlado por Kiev.

Del lado ruso, el viceministro Andréi Rudenko aseguró que, actualmente, no existe «ningún tipo de negociación» con el Gobierno de Kiev, puesto que Ucrania se retiró de las conversaciones hace aproximadamente mes y medio; tiempo en el que se conoció la masacre de Bucha y se recrudecieron los combates en Mariúpol.

En otra variante del tema, el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, aseveró que para efectos de Occidente, la nación ucraniana no es más que «material desechable en la guerra híbrida total» y que, algunas situaciones como la no garantía de defensa occidental, es una prueba de que «no necesitan especialmente a Ucrania, salvo como cabeza de puente para irritar permanentemente a la Federación de Rusia y crear amenazas a nuestra seguridad».

Además, señaló que esta guerra «no es entre Ucrania y Rusia, sino entre Occidente y Rusia» y que, según la inforamción que manejan, la Administración de Kiev no es independiente en su toma de decisiones, puesto que «Washington y especialmente Londres guían a los negociadores ucranianos y regulan su capacidad de maniobra y quizás tengan directamente representantes en el territorio ucraniano».

Por otra parte, el portavoz del Ministerio de Defensa ruso, Igor Konashénkov, afirmó que las tropas rusas destruyeron armamento y equipamiento bélico en la ciudad ucraniana de Leópolis, con el uso de  misiles de crucero de largo alcance «Kalibr».

«En las cercanías de la estación ferroviaria de Starychi de la región de Leópolis fueron destruidas con misiles de largo alcance y alta precisión unidades de reserva ucranianas y partidas de armamento extranjero y equipamiento bélico de EE.UU y países europeos (…) Además, fueron destruidas unidades de reserva del enemigo que preparaban su instrucción en centros de entrenamiento en las localidades de Ajtirka, región de Sumy, y Desna, región de Chernígov», relató.

Asimismo, indicó que también se perpetraron ataques contra objetivos estratégicos de las localidades de Ugledar y Konstantínovka, en la región de Donetsk; donde se consiguió «aniquilar más de 470 nacionalistas y destruir 68 unidades de equipamiento bélico».

En otras noticias asociadas al conflicto, el alto representante de la Unión Europea (UE) para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, afirmó que la decisión de Finlandia y Suecia de solicitar su entrada a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (Otan) recibirá «un fuerte apoyo por parte de todos los Estados miembros», porque a su parecer incrementa la unidad y fortaleza de la alianza.

«Creo que es una muy buena noticia para la UE, porque nos refuerza y nos da más capacidad para reaccionar ante una amenaza en la frontera (…) Es justo lo contrario de lo que quería conseguir Putin, que intentaba detener el desarrollo de la Otan en las fronteras de Rusia y ahora lo contrario está ocurriendo (…) Finlandia y Suecia deben tener su lugar dentro de la Otan y espero que las próximas horas clarifiquen la situación», expresó.

Por su parte, el ministro luxemburgués de Defensa, François Bausch, afirmó que rechazar la entrada de Suecia y Finlandia al grupo sería una decisión que «nadie entendería» y sugirió que, sería «buena idea», que las naciones europeas de Austria, Chipre, Irlanda  y Malta también se integren a la alianza.