Luis Olavarrieta revela «la otra cara de Maite Delgado»

Hoy vi necesario reflexionar sobre el valor de la familia tomando la conversación que tuve hace un tiempo con la admirada Maite Delgado. Nada más propicio que hacerlo de cara a la celebración de la madre venezolana. Porque es en el hogar donde se construye a los hombres y mujeres de bien, desde allí se alcanza un modo de vida más humano, el cual se transmitirá más adelante a la sociedad a través de nuestras acciones. “Le organizamos la vida a todo el mundo�, dice la animadora. “Pero se nos olvida la de nosotros, cultivar nuestra propia familia es lo primordial�.

La presentadora aceptó mi invitación a mi extinto programa Detrás de las Cámaras, transmitido por Televen. Desde hace tiempo tenía el deseo de indagar en su privacidad. Era un reto personal inspeccionar en lo desconocido. La única duda que existía, para ese entonces, era saber si ella estaba dispuesta a exponer su intimidad.

Una figura con su importancia genera curiosidad. Dueña de un espacio en la pantalla, logrado sin utilizar el método más usual y recurrente de muchos artistas, el escándalo.

En el set, la atmósfera se me hacia cómoda controlarla, pero con los expertos de la industria –como Maite- nunca fue tan sencillo. Era un trabajo de agilidad metal, de resistencia. Ellos conocen con exactitud los códigos y se adelantan a las intenciones. No caen en indirectas. Manejan con naturalidad preguntas comprometedoras. Sonríen cuando se sienten vulnerados. Mi estrevistada, una veterana de la diplomacia.

Cualquier artista reservado sabe que estando frente a cámara hay que tener cuidado. Todo lo que se graba puede ser utilizado. Mi pretensión tampoco era hacerle pasar un mal rato pero sí tenía el deseo de satisfacer a una audiencia insaciable con una de las imágenes televisivas más respetadas.

Ese día llegó. Entre tantas interrogantes el tema familiar era prioridad. ¿Cómo mantiene la armonía en el hogar siendo tan expuesta?, ¿cómo logra la prosperidad en los distintos aspectos de su vida? Su respuesta fue contundente: “Nunca estuvo mi trabajo por encima de mi familia, amo lo que hago, lo realizo con pasión y agradecida estoy por el cariño de la gente, pero jamás dejé que el trabajo se interpusiera entre mi esposo y mis hijos�.

Una mujer con la notoriedad profesional que la caracteriza, resultó una sentencia saber que el mayor de sus triunfos no está en los escenarios sino en casa. Es allí donde, dice, nace su verdadera dicha, donde ella afianza todos los días sus principios, valores morales y éticos, los cuales refleja como ejemplo en sus diferentes actividades y acciones.

Para muchos puede ser obvio el éxito de Maite, a decir verdad lo tiene todo, pero esa bendición logró su mayor efecto desde el instante en que ella le dio a su familia el lugar que le corresponde. Una de las grandes dificultades que atraviesa la sociedad hoy por hoy se debe a que las cabezas de familia no concentran el tiempo necesario para el hogar.

La pérdida de esa costumbre es una de las grandes preocupaciones para distintos especialistas en área familiar. Un ambiente caracterizado por problemas de atención y de comunicación constituye uno de los factores de riesgos en la salud mental de los hijos.

El intercambio de puntos de vista de forma respetuosa entre progenitores y herederos ejerce un efecto positivo. Mientras que las presiones sociales y los reproches en casa provocan una fractura. Las pretensiones impositivas de los padres y muchos conceptos establecidos por la sociedad representan un problema drástico en los núcleos familiares.

Maite, entre sus confesiones, también relató cómo prepara a sus hijos. “A ellos los estoy criando para que sean felices, no para que sean exitosos. No quiero crearles esa presión de que tienen que ser los primeros o tienen que tener mucho dinero, yo lo único que le pido a Dios que me acompañe es para verlos ser felices�.

Sabemos que la palabra éxito se originó para calificar la óptima producción en los negocios. En nuestra cultura se utiliza para definir la calidad de nuestra vida. Un concepto que nos obliga a darle importancia solo a los resultados, considerando la riqueza material como uno de esos fines.

Con frecuencia se paga una suma alta en la búsqueda de esa conquista. Sacrificamos nuestra salud, el estrés por alcanzarlo hace que perdamos nuestro bienestar emocional. Dejamos de invertir el tiempo con quienes más queremos. Todo comienza a tener un precio y a la vez nada tiene valor.

Ciertamente, la educación para ella es el deber más difícil que tuvo como madre. Un trabajo para el cual no se recibe ningún tiempo de entrenamiento previo. Ahora, espera paciente ante las respuestas de la vida, como ella misma dice: “El tiempo se encargará de responderme si lo hice bien o no�.

Ante el inevitable paso del tiempo, sus hijos –Alfonso y Santiago- dejaron de ser aquellos niños que formó con gran responsabilidad. Convertidos en unos adolescentes y con la puerta abierta para empezar a conquistar sus propios caminos, mi siguiente pregunta iba directa a esa difícil sensación: ¿Cómo percibes tu trabajo como madre? “Mis dos grandes amores, mis dos más grandes producciones. Te confieso que no soy la madre que quise -suspira-. No soy la mejor, creo que nos pasa a todas las mamás, lo único que te puedo asegurar es que lo hice con el amor más grande�

Después de una leve pausa y ahora conmovida, continuó: “Desde el primer momento en que los tuve, sabía que tenía que darles todas las herramientas, pero también entendí que no son míos, que son de la vida, son pasajeros. Quiero que se coman el mundo, lo que no tengo derecho como madre es de cortarles sus alas, sus propios sueños, ni a llorar mucho menos las ausencias que son en su beneficio�.

Su secreto mejor guardado lo refleja en su espíritu como mujer, un ejemplo más de la venezolana que sacrifica todo por darle lo mejor a los suyos. Si bien su carrera de grandes triunfos ha sido seguida por los venezolanos es hora de que también su labor como madre sea ejemplo y estimulado. O como dice Maite Delgado: “La familia te da piso, te da foco y si no tienes centro no vas para ningún lado�.