por: Yesimar Gerdler
05/01/2025 | 8:30 am
Foto de Jay Kettle-Williams en Unsplash
Según relata la Biblia en el Evangelio de Mateo, tres magos de Oriente: Melchor, Gaspar y Baltasar; acudieron a Belén a adorar al Niño Jesús guiados por una estrella.
Por ese motivo, este cuerpo celeste se ha convertido en un ícono religioso a través de los milenios, siendo representado en obras de arte y adornando millones de pesebres en Navidad.
Pero, ¿los tres sabios en realidad siguieron una estrella?
Según el profesor de Astrofísica Teórica y Cosmología de la Universidad de Notre Dame (Estados Unidos), Grant Mathews, el fenómeno luminoso que guió a los magos hasta el Niño Dios fue en realidad un alineamiento planetario muy extraño ocurrido en el año 6 A.C.
Durante este fenómeno, el Sol, Júpiter, la Luna y Saturno se hallaban en la constelación de Aries; Venus se encontraba en la vecina Piscis; y Mercurio y Marte al otro lado, en la de Tauro.
Según explica Mathews, la presencia de Júpiter y la Luna significaba el nacimiento de un líder con un destino especial. Saturno era un símbolo de vida, al igual que la situación de Aries en el equinoccio de primavera.
El hecho de que el alineamiento se diera en Aries implicaba que alguien muy importante acababa de venir al mundo.
El especialista indicó que los magos podrían haber visto este fenómeno y reconocer que simbolizaba el nacimiento de un gran líder en Judea.
Mathews calculó que el próximo alineamiento similar ocurrirá dentro de 16 mil años, y sin que el equinoccio de primavera esté en Aries.