por: Yorman Sarmiento
04/12/2024 | 8:00 am
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La Navidad es una época de celebración y tradición en todo el mundo, y una de las costumbres más arraigadas es la creación de pesebres.
Por lo tanto, cada año, artesanos y comunidades de todas partes del mundo demuestran su talento, creatividad y devoción a través de los nacimientos.
Desde pequeños pesebres caseros hasta impresionantes obras de arte a gran escala, son una expresión de la fe y la creatividad humana. De hecho, en muchos pueblos y ciudades, se organizan representaciones teatrales donde gente representa a los personajes bíblicos, creando una experiencia inmersiva para los espectadores.
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También destacan aquellos que cuentan con figuras en movimiento que recrean escenas de la vida cotidiana de Belén, como artesanos trabajando o animales pastando. Los más creativos utilizan materiales reciclados, alimentos o incluso hielo para crear pesebres únicos y originales.
En algunas localidades se construyen pesebres a tamaño natural, utilizando cientos de figuras y elementos decorativos.
En México, existe un pesebres reconocidos por sus coloridas tradiciones navideñas, y entre ellas destacan los impresionantes pesebres que se construyen en diversas regiones del país. Estos nacimientos, a menudo de gran tamaño y elaborados con minucioso detalle, son una muestra de la fe y la creatividad del pueblo mexicano.
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Uno de ellos es el pesebre de Iztacalco, en ciudad de México, el cual es de los más conocidos y visitados de la capital mexicana.
Posee cientos de figuras y elementos decorativos, se ha convertido en una tradición navideña para muchos habitantes de la ciudad.
Además, está el pesebre de El Vaticano, sede de la Iglesia Católica, donde se presenta cada año un pesebre de gran belleza y significado religioso.
Aunque no compite en tamaño con algunos de los pesebres gigantes de México, su importancia radica en su simbolismo y en el hecho de que es una tradición muy esperada por los fieles de todo el mundo.