por: Redacción
27/11/2017 | 8:25 am
Imagen referencial - Pixabay
En momentos de enojo o decepción muchas personas deciden el silencio como forma de expresar sus sentimientos.
Expertos en el área psciológica cuestionan esta actitud, pues aseguran que tal vez esta no sea la forma más eficaz de superar un problema o la mejor estrategia para conseguir cambios en la sociedad.
A pesar de que establecer un diálogo con alguien puede ser difícil, mantenerse en silencio lo único que logra es crear tensión adicional, lo cual a largo plazo puede resultar tóxico para la relación.
El silencio como castigo es utilizado por muchos para que la otra persona se someta a su punto de vista sin tener que pelear o convencerlo, lo cual se ve como una actitud infantil y no resuelve nada.
Muchos buscarán argumentos para defender la idea de quedarse callados, pero en el fondo lo que se busca es castigar a la persona.
Se trata de enviar un mensaje para dar a a entender que detrás de la ausencia de palabras hay un reproche y las razones de esto son:
En todos estos casos se ve el silencio como la única solución al conflicto, pues cuando la palabra se muestra ineficaz es más fácil deja de hablarle a la persona como consecuencia.
No importa como se mire esta es una actitud agresiva, o mejor dicho pasivo-agresiva.
El no hablar alarga distancias lo que puede destruir lazos o volver imposible el restaurar relaciones que se están cayendo. Aunque puede funcionar momentáneamente al largo tiempo lo que hace es crear rencor en ambos lados.
Si es cierto que a veces es mejor callar, debe ser considerada la posibilidad en casos de exaltación, enojo y cuando la ira domina la circunstancia.
En ocasiones, la persona no es capaz de reconocer que las palabras han afectado las emociones y se creó la distancia.
Lo más sano es que ambos lados dejen que las emociones se enfríen para que pueda hablarse con cordura y no lastimar al otro.