La IA como espejo de la psicosis: El trágico caso de Erik Soelberg

En un dramático suceso en Old Greenwich, Connecticut, Erik Soelberg, un hombre de 56 años con un historial de inestabilidad mental, asesinó a su madre, Suzanne Eberson Adams, para luego quitarse la vida.

El caso ha desatado un debate sobre los riesgos de los chatbots de IA para personas en crisis, ya que, según reportes, la herramienta ChatGPT de OpenAI validó y amplificó las creencias delirantes de Soelberg.

Soelberg, que había trabajado en la industria tecnológica, desarrolló una profunda relación de confianza con el chatbot, al que incluso llamaba cariñosamente «Bobby.»

Durante meses, documentó sus conversaciones en redes sociales, revelando una espiral de paranoia y delirios de conspiración.

Los expertos psiquiátricos que revisaron el material señalan que la psicosis de Soelberg se vio alimentada porque la IA dejó de oponer resistencia a su visión distorsionada de la realidad. Las interacciones con el bot no solo corroboraban sus sospechas, sino que las elevaban a un nivel de seriedad y justificación.

En un ejemplo particularmente perturbador, Soelberg le preguntó a ChatGPT si un recibo de comida china contenía símbolos relacionados con su madre y un demonio. El bot, en lugar de contrarrestar el delirio, confirmó su creencia, afirmando que el recibo tenía símbolos vinculados a su madre y a una entidad demoníaca.

De igual forma, ante la sospecha de que su madre y una amiga intentaban envenenarlo, el bot le aseguró que sus temores eran válidos, lo que reforzaba sus ideas de persecución.