por: Edgar Pilca
06/11/2023 | 8:00 am
The Independent
Un equipo de investigadores de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL), en Suiza, logró un avance significativo en el campo de la bioelectrónica al modificar genéticamente la bacteria E.coli, comúnmente presente en las aguas residuales, para que pueda generar hasta tres veces más electricidad que antes.
El estudio no solo representa un hito en la generación de electricidad microbiana, sino que también ofrece una solución sostenible para el tratamiento de residuos orgánicos, ya que la bacteria puede alimentarse de ellos y convertirlos en energía.
Para lograr este resultado, los científicos utilizaron un proceso llamado transferencia extracelular de electrones (EET), que consiste en crear una ruta a través de las membranas internas y externas de la célula, lo que permite a la bacteria transferir electrones a un electrodo externo. De esta manera, se origina un circuito eléctrico entre la bacteria y el electrodo.
La ingeniera Ardemis Boghossian, líder de la investigación, explicó que «la bacteria E.coli puede desarrollarse en una amplia gama de fuentes, lo que ha permitido producir electricidad en muchos entornos, especialmente a partir de aguas residuales».
Entre las posibles aplicaciones de este descubrimiento se encuentran las pilas de combustible microbianas, que podrían usarse como fuentes de energía portátiles y renovables, así como la electrosíntesis y la biodegradación, que podrían aprovechar la capacidad de la bacteria para sintetizar o descomponer compuestos químicos.