por: El País
11/04/2016 | 2:25 pm
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Remontar un 2-0 supone un problema grave porque su solución no admite fórmulas inequívocas. Es más: para resolver el enigma es preciso hacer simultáneamente una cosa y la contraria. Hay que marcar al menos tres goles y evitar encajar; hay que desplegarse y replegarse; hay que ser valiente y prudente; hay que poner la mente en estado de trance y razonar con lucidez.
Este es el dilema que afrontarán este martes Zinedine Zidane y los jugadores del Madrid tras perder (2-0) la ida de los cuartos de final en Wolfsburgo. Del discurso de Luka Modric, este mediodía, se infiere la disposición que quiere inculcarles Zidane a los futbolistas. “La clave para mí será jugar juntos», dijo Modric. «Eso será lo más importante. Juntos para atacar y para defender. Y tener mucha concentración. Entrar al partido con la cabeza fría y jugar al fútbol. Este es el poder del Madrid. Jugar al fútbol y ser pacientes desde el principio. No podemos esperar resolver esto en cinco minutos. Seguro que tendremos oportunidades y esperemos que todo acabe bien al final”.
Zidane incidió con variaciones en lo mismo. Dijo, básicamente, que debían mantener la calma. «Oigo demasiados mensajes calientes», dijo; «está clarísimo que es un partido importante pero para pasar la eliminatoria necesitaremos mucha cabeza».
“No creo que tenga que hablar mucho con los jugadores», dijo el entrenador madridista. «Veo sus caras y los veo metidos. Los veo determinados. Eso me quita presión. Porque los veo entrenar y siempre van a más. Tenemos que remontar un 2-0 en contra pero no los tenemos que hacer en diez minutos. Tenemos 90 minutos. Mi mensaje a los jugadores es que debemos tener paciencia. En el fútbol puede pasar de todo. Cuando Piqué nos hizo el gol en el Camp Nou hace una semana estábamos a trece puntos del liderazgo y ahora estamos a cuatro. Esto es lo bonito del fútbol».
Serio como una esfinge, el técnico reflejó en su semblante la tensión que vive el club ante el abismo. La amenazante calamidad de quedar eliminados de la Champions, la competición más importante y tal vez la única que puedan ganar este año, frente al equipo más débil del abanico de ocho que quedan en el torneo. El Wolfsburgo, octavo clasificado de la Bundesliga, a más de 30 puntos de distancia del líder, nunca se representó en la imaginación de la directiva como un adversario considerable.
“El Madrid no está preparado para quedar eliminado», dijo Zidane. «El Madrid nunca está preparado para eso. Está preparado para seguir y conseguir siempre más. Es el club con más Copas de Europa y eso no es por nada. Yo estoy tranquilo porque esto es fútbol. Lo que la gente quiere es ver jugar bien a su equipo y estoy convencido de que eso es lo que haremos. Yo soy siempre positivo. He conseguido algo jugando con esta filosofía».
Zidane anticipó que Benzema se ha recuperado completamente del golpe sufrido en Wolfsburgo. También adelantó que no piensa alterar el esquema con Casemiro en el eje del equipo, por más que la prioridad sea meter goles. “Lo que nos da Casemiro es sobre todo equilibrio colectivo», explicó, recordando que necesita un vigilante mientras el resto de los jugadores atacan. «Hace cosas sobre todo defensivamente. Sabemos de su importancia cuando estamos atacando porque cuando tenemos el balón nosotros es fundamental saber en lo que va a pasar si nos lo roban. Y él es uno que piensa mucho en esas cosas».
«Para mí Casemiro es un ejemplo para sus compañeros de como con el trabajo y la dedicación puedes hacer cosas grandes», lo defendió Modric.» Casemiro aporta mucho al equipo y quiero que siga así».
Cerebral y valiente como pocos, Modric habló desde su condición de líder. «Mi mensaje para el Bernabéu es que nos apoye desde el primer minuto», dijo el croata. «Pido que el público sea paciente en las gradas, lo mismo que nosotros en el campo. Prometo que jugaremos de tal modo que cuando acabe no tengamos nada que reprocharnos».