por: María Fernanda Pérez
10/03/2023 | 6:30 pm
La Verdad Noticias
El Santo Grial y su ardua búsqueda es una de las narrativas más antiguas de la humanidad, que incluso hasta la actualidad despierta un sinfín de opiniones por parte de teólogos e historiadores.
La hipótesis original era que este objeto era el cáliz del que Cristo bebió en la Última Cena, copa en la que posteriormente José de Arimatea recogió la sangre del Hijo de Dios mientras se encontraba en la Cruz.
Con el pasar de los siglos esta historia se ha distorsionado. Se le llegó a asociar a los Caballeros Templarios, con el Tercer Reich alemán e incluso, se teorizó que podría tratarse de algo más que un recipiente.
Es a partir de allí cuando surge una de las teorías que más fuerza ha tomado con el pasar del tiempo: hay quienes creen que el Santo Grial es la matriz de María Magdalena, mujer que según diversos escritos, aparentemente escondidos por la iglesia, sería la esposa de Jesucristo y con la que tuvo hijos.
Cabe destacar que un documento que data del año 1010, nombra la palabra “gradales” por primera vez, de la que se derivó el término “graal”, en francés, y luego “grial”, en español. Se distinguió así en España porque “grial” solía usarse en épocas medievales para hacer referencia a ciertos recipientes en forma de copa.
Es así que aquellos que defienden la teoría de la descendencia, aseguran que la derivación de aquel “graal” no fue correcta. Bajo esta premisa, no fue el “San Graal” lo que se trasladó, sino el “SangRaal”, es decir, la Sangre Real.
De confirmarse esto, ocurriría una considerable fractura en las religiones cristianas, especialmente en la católica, pues existen muchas versiones de grupos que luchaban por mantener oculto el llamado “Santo Grial.”
Asimismo, el Priorato de Sion y Illuminati se han asociado a esta misteriosa búsqueda.
A pesar de esto, existió un hecho que generó el revuelo con respecto a esta leyenda. Se trató de diversos escritos en un pueblo francés llamado Rennes-Le-Chanteau, en ellos se hacía referencia a la historia y la relacionaban con el Rey Arturo y sus caballeros, en el momento en que los Templarios dejaron atrás Jerusalén.
Un siglo después, el poeta alemán “Wolfram von Eschenbach”, dejó escrito que los templarios custodiaban el objeto sagrado.
Según investigaciones hechas en el siglo XX, se cree que existió por mucho tiempo una conspiración de la iglesia, apoyada por los monarcas franceses, que buscaban en aquel entonces mantener oculto el secreto. De esta historia parte el famoso El Código da Vinci.