por: Elena Velásquez
08/01/2024 | 10:30 pm
TUA SAÚDE
Seguramente, desde pequeño aprendiste que, detrás de cada estornudo, se debe debe decir «¡Salud!» a quien ha estornudado, pero ¿alguien te dijo de dónde surgió esta costumbre? Si no es así, acá te lo contamos.
Estornudar suele ser una señal clara de alguna afección. Desde una simple alergia, hasta una enfermedad viral y, probablemente, contagiosa; el estornudo suele estar asociado a «algo malo». Esto nos llevaría a pensar que exclamar «¡salud!» surgió como un buen deseo para nuestros semejantes, pero en realidad no fue así.
La historia refiere que el uso de esta expresión se remonta al año 590 en Europa, cuando la peste asolaba la región y los habitantes se aferraban a la fe católica en busca de una salida.
En aquel entonces, el Papa Gregorio Magno (540-604) había ordenado que frecuentemente se dijeran oraciones y se realizaran procesiones para «combatir» la enfermedad, así como otros rituales que incluían la exclamación «¡salud!» para alertar si alguien estornudaba.
Aunque es cierto que los pobladores usaban dicha expresión para «bendecir» el sitio y «evitar» la propagación de la peste, esta palabra también sirvió para crear recelos entre los habitantes, sin conocer si, a ciencia cierta, estos estaban enfermos o no.
Afortunadamente, con el paso del tiempo y el cese de la peste, la expresión fue perdiendo su «mala fama» hasta convertirse en un buen deseo y una norma de cortesía, de forma que muchas personas alrededor del mundo todavía la emplean. De hecho, en algunas regiones también se suelen usar otras variantes como «¡Jesús!», «¡Dios te bendiga!» y «¡Dios te cuide!».