por: María Fernanda Pérez
25/02/2023 | 7:00 pm
Scientific American
Los océanos son sumamente vastos e intrigantes. Ellos componen gran parte del planeta tierra, al punto de que alrededor del 70% de su extensión les pertenece. A pesar de esto, se ha explorado muy poco de ellos.
¿Cómo se originaron?
Al hablar de sus orígenes, surgen diversas teorías, una de ellas era que los océanos se habían formado hace 4 mil millones de años, debido a la contundente actividad volcánica que posteriormente se enfrió y permitió la aparición del agua, aunque esto ha sido desestimado.
Si bien la discusión se mantiene, un estudio publicado en la revista Nature, estimó que su origen comenzó con la colisión de gigantes asteroides cubiertos de hielo. Estos habrían chocado contra el planeta entre 80 y 130 millones de años luego de su formación.
¿Qué misterios esconden?
A pesar de lo amplio que es, los humanos solo han podido explorar de 5% a 10% de todos los océanos y si de algo están seguros los científicos, es de la profundidad de estos, que depende del relieve oceánico.
La parte más profunda conocida es la fosa de las Marianas, ubicada en el Océano Pacífico occidental, tiene más de 10 mil metros de profundidad y aun así resguarda en su oscuridad un sinfín de misterios aún sin respuesta.
Y es que al sobrepasar los mil metros, todo va quedando en penumbra.
Las especies en esta fosa empiezan a lucir muy distintas a las que habitan en las partes superiores del océano. Un ejemplo de esto es la existencia del calamar gigante, que puede pesar más de 700 kilogramos y medir hasta 15 metros.
Asimismo, otras “creaturas extrañas” habitan este nivel, como el pez dragón abisal.
Ya a los 6 mil metros se encuentra el punto límite, las Marianas también conocidas como el Abismo de Challenger. Esta vendría siendo la zona más inexplorada por los oceanógrafos.
La interrogante suele surgir en muchos: ¿por qué el ser humano ha explorado más el espacio que los océanos? La respuesta es simple: el fondo del mar, a diferencia de las lunas y planetas, no puede ser mapeado usando radares, ya que el agua suele obstruir las ondas de radios.
Para poder investigar más, los científicos tendrían que desplegar técnicas sofisticadas con sonar, para así poder ver una pequeña parte del fondo marino.