por: María Fernanda Pérez
06/07/2023 | 7:00 pm
Nuestroclima
Sudar es algo propio de todos los seres humanos, pues es el mecanismo que utiliza el cuerpo para enfriarse. Sin embargo, la sudoración es distinta en cada etapa de la vida, ya que durante la tercera edad es menor, en comparación a los adolescentes o adultos jóvenes.
El mencionado fenómeno está relacionado a la senectud cutánea. Con el paso del tiempo, las glándulas sudoríparas se deterioran de forma natural y van necesitando, progresivamente, de una mayor temperatura para entrar en funcionamiento, por lo que los ancianos sudan menos.
Asimismo, la epidermis se adelgaza al envejecer y las glándulas sebáceas producen menos aceite, lo que genera pérdida de humedad, sequedad y picazón en la piel.
Además, el sistema defensivo del tejido cutáneo cambia en la vejez y se vuelve incapaz de atraer linfocitos T. Y, por lo que es más complicado mantener al límite a los agentes invasores.
Estas vulnerabilidades hacen más propensos a los ancianos, mayores de 70 años, a desarrollar cánceres de piel.