por: MarÃa Fernanda Pérez
31/03/2025 | 6:00 pm
Foto de engin akyurt en Unsplash
Era una noche como cualquier otra en Queens, año 1964. La joven Kitty Genovese regresa a su hogar; pero la oscuridad la acecha.
Un grito se escucha en el silencio, las ventanas se iluminan, sombras curiosas se asoman. Pero nadie baja. Nadie llama. El agresor, debido a la inacción, regresa, y la tragedia ocurre.
Este no es solo un crimen; es el nacimiento de un enigma: el efecto Genovese. ¿Por qué la presencia de otros testigos diluye la humanidad?
Los psicólogos Darley y Latané desentrañaron los hilos de este comportamiento: la responsabilidad que se desvanece entre muchos, la falsa seguridad de que «alguien más actuará», el miedo paralizante al juicio ajeno.
De igual forma, la ignorancia también juega un papel importante, ya que si nadie más parece alarmado, se tiende a minimizar la gravedad de la situación.
Kitty Genovese – Imagen de dominio público
Asimismo, el miedo a la evaluación, es decir, la preocupación por ser juzgado por actuar de manera incorrecta, también puede paralizar a los testigos.
Es crucial entender que el efecto Genovese no implica que las personas sean inherentemente indiferentes. Más bien, revela la complejidad de la toma de decisiones en situaciones de emergencia. Factores como la ambigüedad de la situación, el miedo y la presión social influyen en la conducta.
A pesar de la naturaleza perturbadora del efecto, existen formas de contrarrestarlo. Designar a alguien especÃfico para que actúe, expresar claramente la necesidad de ayuda y asumir la responsabilidad individual son estrategias que pueden marcar la diferencia.