por: María Fernanda Pérez
11/06/2024 | 6:00 pm
National Geographic
En las cumbres heladas de los Montes Urales, un grupo de nueve jóvenes montañistas esquiadores se embarcó en una expedición que jamás olvidarían.
Era el 23 de enero de 1959, y estaban llenos de entusiasmo y aventura. Sin embargo, el destino les tenía preparado un giro macabro, un misterio tan profundo como la nieve que los rodeaba.
Al mando del experimentado excursionista, Igor Dyatlov, la expedición se adentró en la naturaleza salvaje, con la intención de conquistar la cima del Otorten. Si bien eran jóvenes ambiciosos, nada los preparó para lo que les esperaba.
Días después, la fecha acordada para su regreso, la alarma comenzó a sonar. Los excursionistas no daban señales de vida. Un equipo de búsqueda se adentró en la zona, siguiendo el rastro de los aventureros desaparecidos.
Un macabro hallazgo
Lo que encontraron desafiaba toda lógica. La tienda de campaña del grupo, ubicada en la ladera de una montaña, había sido cortada desde adentro. Las huellas de los esquiadores indicaban una huida precipitada, incluso algunos de ellos descalzos y con poca ropa, a pesar de las temperaturas bajo cero.
A medida que avanzaban en la búsqueda, los rescatistas se toparon con un escenario aún más desconcertante. Los cuerpos de los excursionistas fueron encontrados dispersos por la zona, a varios kilómetros de la tienda.
La causa de sus muertes era aún más enigmática. La mayoría había sucumbido a la hipotermia, pero algunos presentaban lesiones graves, como fracturas de cráneo y costillas, que no podían haber sido causadas por una simple caída o una avalancha.
Lo más extraño de todo era la ausencia de cualquier indicio de lucha o de la presencia de animales salvajes o de otra persona que pudiera haberlos atacado.
Las autoridades soviéticas iniciaron una investigación, pero las conclusiones fueron tan confusas como el propio caso. Se barajaron diversas teorías, desde avalanchas y ataque de animales salvajes hasta encuentros con ovnis o experimentos secretos del gobierno.
Sin embargo, ninguna de estas explicaciones logró encajar todas las piezas del rompecabezas. La falta de evidencia concreta y la naturaleza inexplicable de las muertes dejaron el caso sin resolver, convirtiéndolo en uno de los misterios más famosos y desconcertantes de la historia.
El enigma del paso de Dyatlov ha fascinado a generaciones, inspirando libros, películas, documentales y un sinfín de teorías conspirativas. La búsqueda de la verdad sigue viva, alimentando la esperanza de que algún día se desvele el secreto que guarda la montaña.