por: Elena Velásquez
10/04/2023 | 6:30 pm
Pixabay - Imagen Referencial
Una de las supersticiones más conocidas y divulgadas es la de que un espejo roto trae consigo un perÃodo de siete años de mala suerte, pero ¿de dónde surgió esta idea? Aquà te lo contamos.
Curiosamente, esta creencia popular nació mucho antes de que se inventaran los espejos de vidrio.
Antiguamente, los «espejos» eran superficies reflectantes hechas en metales como el oro pulido, el latón, el bronce y la plata, por lo que no podÃan romperse.
Sin embargo, hacia el siglo VI a.C., los griegos se iniciaron en una práctica de adivinación denominada «catoptromancia», en la cual se utilizaban «cuencos de cristal o de cerámica llenos de agua».
La práctica era igual a la tradicional bola de cristal: las personas se inclinaban sobre los cuencos y una vez se reflejaban en las superficies de los mismos, los adivinadores podÃan leerles su futuro.
No obstante, teniendo en cuenta la fragilidad de estos cuencos, los mismos podÃan partirse durante la lectura, una señal que en lugar de ser considerado como algo «normal» era interpretado por los videntes como una muerte próxima o un futuro lleno de «acontecimientos tan catastróficos, que los dioses, amablemente, querÃan evitar a esa persona una visión capaz de trastornarla profundamente».
Posteriormente, en el siglo I, los romanos reformularon la superstición y, teniendo en cuenta que los espejos reflejan la apariencia de las personas, se creÃa que reflejaban la «salud» de la misma.
Además, esta cultura consideraba que la salud de cada individuo «cambiaba en ciclos de siete años».
De allà surgió la creencia de que un espejo roto era el presagio de «siete años de mala salud y de infortunios» y, por tanto, siete años de mala suerte; superstición que se hizo más fuerte en el siglo XV, cuando los primeros espejos de cristal eran objetos sumamente caros y exclusivos, por lo que su rotura significaba una pérdida terrible.