por: Elena Velásquez
17/02/2021 | 7:00 pm
@El_Universal_Mx
De acuerdo a los registros históricos, los neandertales habitaron las áreas que hoy corresponden a Europa, Asia Central y el Medio Oriente, desde hace aproximadamente unos 230 mil años hasta hace 40 mil años atrás, por lo que en algún momento, coexistieron con los ancestros del humano actual: el Homo sapiens.
Sin embargo, aunque el Homo neanderthalensis se extinguió hace mucho tiempo, una parte de su material genético perduró en los descendientes que surgieron tras cruzarse con la otra especie.
En este sentido, un estudio publicado en el año 2014 por científicos alemanes, en el que a partir de un dedo fosilizado de una hembra se reprodujo la secuencia genética del neandertal y, posteriormente, se comparó con el genoma del hombre actual; reveló que los descendientes de poblaciones europeas, asiáticas y otras no africanas, poseen un 2% de los genes de estos homínidos desaparecidos.
Los hallazgos apuntan a que, aproximadamente unos 50 mil años atrás, cuando el Homo sapiens comenzó a viajar desde África hacia la zona comprendida entre Europa occidental y Siberia, ambas especies se habrían reproducido entre sí, produciéndose la hibridación.
Ante este descubrimiento, los científicos realizaron otros estudios para determinar qué efecto surtieron tales genes al hombre actual y, en el año 2018, descubrieron que este material genético neandertal puede influir en la forma del cerebro de algunas personas.
En este sentido, los investigadores determinaron que las personas que pertenecen a la fracción con genes neandertales tienden a presentar una ligera pero palpable forma cerebral alargada, tal como la especie desaparecida; característica que difiere del cerebro del Homo sapiens, cuya forma se tornó cada vez más redonda.