por: María Fernanda Pérez
15/05/2024 | 6:00 pm
Mex Mads
En el fascinante mundo de la robótica y la animación por computadora, existe un fenómeno que ha generado intriga y debate durante años: el Valle Inquietante.
Este concepto, revelado por el robotista japonés Masahiro Mori en 1970, describe la paradoja que surge cuando una réplica artificial, como un robot o una animación 3D, se acerca demasiado en apariencia y comportamiento a un ser humano real, provocando una sensación de rechazo en los observadores humanos.
Un robot con expresiones faciales perfectas, movimientos fluidos y una voz indistinguible de la humana podría generar una sensación de empatía y familiaridad.
Sin embargo, al llegar a un cierto punto de similitud con un ser humano real, esta sensación se transforma en repugnancia, incomodidad e incluso miedo, pero ¿por qué es perturbador?
Teoría de la aversión a la anormalidad
Esta sugiere que el cerebro humano puede detectar y evitar cualquier cosa que se desvíe de la norma, incluyendo las representaciones imperfectas de seres humanos.
Teoría de la falta de empatía
Por otro lado, esta teoría propone que cuando una réplica artificial es casi humana, pero no del todo, falla en desencadenar la respuesta empática natural que sentimos hacia los demás. Esta falta de empatía genera una sensación de incomodidad.
Teoría del miedo a lo desconocido
Sugiere que el Valle Inquietante nos perturba porque nos confronta con la posibilidad de que la línea entre lo real y lo artificial se difumine. Esto podría generar ansiedad sobre el futuro y la posibilidad de ser reemplazados por máquinas.
Algunos ejemplos: