por: María Fernanda Pérez
18/04/2024 | 6:00 pm
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¿Has escuchado alguna vez la frase «un gato tiene siete vidas»? Seguro que sí. Esta creencia popular ha acompañado a la humanidad durante siglos, impregnando el folklore, la literatura y hasta el refranero popular.
Pero, ¿de dónde viene esta idea? A continuación, deconstruiremos este popular dicho.
Desmontando el mito
Es más que evidente que los gatos no tienen siete vidas. Al igual que cualquier otro ser vivo, solo tienen una. Sin embargo, su anatomía y comportamiento les otorgan una ventaja: son unos auténticos supervivientes.
Su columna vertebral flexible y su reflejo de enderezamiento les permiten caer de pie incluso desde grandes alturas, mientras que su vista nocturna, su agudo oído y sus bigotes les ayudan a detectar peligros y evitarlos.
Además, su saliva contiene propiedades antisépticas que les ayudan a combatir infecciones. Son muy limpios y se acicalan constantemente, lo que reduce el riesgo de enfermedades.
Un mito con raíces antiguas
Si bien la ciencia no avala las siete vidas, la creencia tiene una larga historia y está envuelta en simbolismo y mitología.
En el antiguo Egipto, los gatos eran considerados animales sagrados asociados a la diosa Bastet, protectora del hogar y la familia. Se les atribuían poderes mágicos y se creía que poseían múltiples vidas.
Por otro lado, en la mitología nórdica, la diosa Freyja era acompañada por un carro tirado por gatos con nueve vidas. Esta creencia pudo influir en la popularización del número nueve en algunas culturas.
Asimismo, la literatura, el folklore y los refranes han contribuido a perpetuar la creencia. Obras como «Romeo y Julieta» de Shakespeare o el dicho «un gato tiene siete vidas para caer de pie» la han mantenido viva en la cultura popular.
En definitiva, la creencia de las siete vidas del gato es un reflejo de su capacidad de supervivencia y su adaptabilidad.