por: Elena Velásquez
16/04/2022 | 7:00 pm
Estilonext
Uno de los dominios de mayor renombre durante la Edad Media fue el Imperio Mongol; el cual era liderado por el mítico guerrero Gengis Kan.
Compuesto por las diversas tribus nómadas de la etnia, este imperio alcanzó su apogeo en el año 1206 y se disolvió en 1368, pero su poder fue tal que todavía hoy se le recuerda como uno de los más poderosos de lo que se tenga constancia; por ello, hoy te presentamos algunos datos curiosos sobre él.
Fue uno de los más extensos
Según algunos expertos, en sus mejores años, el Imperio Mongol abarcó un territorio de aproximadamente 30 millones de kilómetros cuadrados, ocupando no solo territorios de Mongolia, sino también parte de China, Mesopotamia y el oriente de Europa.
Gengis Kan era un ejecutor consumado desde la adolescencia
Registros históricos señalan que el gran líder de este imperio, Gengis Kan, planeaba y perpetraba asesinados desde temprana edad. Aparentemente, a los 14 años habría acabado con su primera víctima: su hermano mayor, Begter; al que le quitó la vida debido a sus constantes intimidaciones y robos.
De acuerdo a los relatos, Gengis Kan elaboró un plan para asesinar a su hermano y, con ayuda de un tercer hermano menor que ambos, lo convenció de ir hasta una zona despoblada donde cometió el crimen, acribillándolo con flechas.
Torturaban a sus prisioneros antes de ejecutarlos
Gran parte de la fama de este imperio se debió a su gran número de ejecuciones y a las torturas a las que sometían a sus prisioneros antes de quitarles la vida.
Entre algunas de sus prácticas más horrendas, se cuenta la tradición de «envolver» en alfombras a los enemigos capturados para que, posteriormente, los caballos de los guerreros les pasarán por encima; asimismo, se les solía colocar tablas encima para que fueran aplastados por el paso de bestias sobre ellos.
La decapitación era otra práctica común en esta cultura; una medida en la que, además, se solían cortar las orejas de los individuos para llevarlas ante el líder como señal de «victoria».
Creían que el derramamiento de sangre traía mala suerte
Curiosamente, aunque el Imperio Mongol se caracterizó por su gran cantidad de asesinatos, tenían la creencia de que, en algunas ocasiones, el derramamiento de la sangre enemiga traía «mala suerte».
Por este motivo, antes de ejecutar a los prisioneros, solían bloquear los orificios de sus cuerpos y los envolvían en telas para lanzarlos a los ríos y así no observar la sangre de estos.
Las mujeres eran un botín de guerra para el máximo líder
Cuando el imperio conquistaba una nueva ciudad, los guerreros tenían la costumbre de raptar a las mujeres del lugar y entregarlas como tributo a Gengis Kan; de esta forma, cientos de féminas pasaron a ser esclavas del máximo líder del imperio.
Diversos historiadores se refieren a esta práctica en concreto como la «diseminación del semen de Gengis Kan», puesto que las mujeres esclavizadas concibieron hijos del guerrero y, hasta la fecha, algunos de sus descendientes continúan viviendo.
La distribución del poder fue inicialmente hereditaria
En los inicios del imperio, los principales cargos políticos eran heredados de los aristócratas a sus hijos, siendo el emperador el que decidía quien ocuparía los escaños más importantes.
Sin embargo, a la muerte de Gengis Kan, se cambió a un sistema meritocrático, en el que cada cargo público era ocupado por figuras que se hubieran destacado en el campo de batalla o hubiesen demostrado su valía y lealtad.