por: Redacción
06/10/2017 | 6:30 pm
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Hace cuatro años, el rey tenía los habitantes adultos del lugar, todos ellos eran tejedores. Se ven obligados a trabajar sus deudas tributarias en sus servicios. Sólo los niños y los ancianos se quedan atrás y viven en una pobreza amarga. Cuando los recaudadores de impuestos vuelven un día y demandan más dinero, que la gente pobre no puede permitirse, la muchedumbre del pueblo pide a dos muchachos que vayan al rey a pedir perdón.