por: Redacción
11/01/2019 | 9:45 am
Archivo
Creció en el burdel donde trabajaba su mamá. Deyanira hubiera terminado de prostituta de pueblo si no hubiera sido por el italiano que le enseñó a cantar ópera y que, enamorado, se la llevó a la capital. Después de abandonarlo, terminó de amante de un gerente de banco pero quedó embarazada y decidió abortar. Aburrida del ultraje del uno y del otro, aprendió a trabajar, primero de mesera, pero al convertirse en amante de Diego, él la incluye en su banda como corista.