por: Redacción
26/10/2021 | 11:02 am
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Isabel creció feliz en un pueblo lejos de cualquier ciudad. MarÃa, su mamá, aprendió de sus errores de juventud y la educó con diálogo, mucho amor y, sobre todo, con una consciencia de la realidad que, para una niña de apenas 8 años, es sorprendente. Ella sabe que el dinero está en pocas manos y que el poco que le toca a su madre cada mes apenas alcanza para lo necesario, por lo que aprecia lo poco que tiene.