por: Yorman Sarmiento
27/06/2023 | 6:30 pm
Salud
La falta de coordinación, desinhibición e impulsividad forman partes de los efectos agudos del consumo del alcohol, sin embargo, también se conoce que existen otras consecuencias de tipo crónicas que responden al mismo efecto neurotóxico de este líquido sobre el cerebro.
En este sentido, estudios neuropsicológicos y de neuroimagen revelaron que existen tres redes neutrales que son más vulnerables, entre estas están: la red frontocerebelar, la cual controla la marcha y el equilibrio; la frontolímbica, relacionada con la memoria, motivación y la autoconciencia y, la última, es la frontoestriada; misma que es responsable de la regulación emocional, la inhibición, la flexibilidad cognitiva, así como el manejo de recompensas.
De igual manera, cuando una persona está bajo los efectos del alcohol, los demás notarán que es más lento para realizar actividades comunes, asimismo, se distrae de manera fácil, se pone rígido y suele olvidar situaciones con facilidad.
Sin embargo, todo esto puede cambiar en caso de que, quien consume bebidas alcohólicas, abandona la ingesta y mantiene un periodo de abstinencia, con la intención que el cerebro muestre mejoría de tipo estructural y funcional, de lo contrario, esta parte del cuerpo envejecerá más rápido de lo convencional.
Asimismo, expertos coinciden en que los daños cerebrales se generarán cuando el consumo de bebidas se realiza de manera prolongada, no obstante, la ingesta de alcohol en pocas horas, al menos una vez al mes, también se puede vincular con el deterioro de la memoria y las habilidades ejecutivas.