por: María Fernanda Pérez
31/10/2025 | 3:30 pm
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La intensa investigación liderada por la fiscalía de París logró un avance significativo en el caso del «robo del siglo» en el Museo del Louvre, con la detención de cinco nuevos sospechosos que elevan a siete el número total de personas bajo custodia. Esta oleada de arrestos, ejecutada durante la noche en la capital y sus suburbios, ha permitido a los investigadores policiales creer que ya tienen en su poder a tres de los cuatro hombres que ingresaron directamente a la Galería Apolo el pasado 19 de octubre.
De este modo, se conoció que el éxito de las capturas se apoya en una meticulosa labor forense que analizó más de 150 muestras de ADN y los objetos dejados en la escena del crimen, como cascos y guantes. La fiscal Laure Beccuau ha confirmado que uno de los detenidos recientemente estaba en la mira de los investigadores, ya que las pruebas de ADN lo vinculaban directamente con el audaz cuarteto asaltante, mientras que los demás arrestados podrían aportar información clave sobre la planificación y ejecución del robo.
Estos nuevos sospechosos se suman a los dos primeros detenidos durante el fin de semana, quienes ya han sido imputados formalmente por robo organizado y asociación delictiva. Se sabe que el primer arrestado, un hombre de 34 años y nacionalidad argelina con antecedentes por infracciones de tráfico, fue identificado por el ADN encontrado en una de las motocicletas utilizadas en la huida, y el segundo es un taxista y repartidor ilegal de 39 años, conocido por la policía por robo agravado, cuyo perfil genético coincidió con un fragmento de cristal roto en las vitrinas. Estos dos primeros individuos «admitieron parcialmente» su participación en los hechos tras ser interrogados.
A pesar de este rápido e importante avance policial en la identificación y captura de la banda, la principal frustración sigue siendo la desaparición de las joyas de la Corona Francesa, valoradas en más de 100 millones de dólares. La fiscal Beccuau enfatizó que las búsquedas realizadas durante las detenciones no arrojaron rastro del botín, lo que alimenta el temor de que las piezas, como el collar de esmeraldas de Napoleón y la diadema de zafiros de las reinas, puedan ser desmanteladas para que sus materiales sean vendidos en el mercado negro. Por ello, la autoridad hizo un llamado urgente para su devolución, recalcando que las joyas son ahora «invendibles» y quien las compre se hará cómplice de un delito de receptación.
La investigación continuará con el objetivo prioritario de localizar el tesoro y confirmar si la banda contó con ayuda externa, aunque por el momento la fiscal descarta que hayan tenido cómplices dentro del museo.