por: Rosana Venturini
28/09/2022 | 4:30 pm
Cultura Colectiva
El tiopentato de sodio, también conocido como el «suero de la verdad», ha tenido entre sus usos, ser empleado como tranquilizante a principios del siglo XX; hasta que se descubrió que podía hacer que las personas dijeran la verdad, sin lugar a mentiras o inhibiciones.
Este método ha sido utilizado en investigaciones policiales y con prisioneros, aunque su efectividad no ha sido comprobada del todo.
En sus inicios, el compuesto tenía un efecto anestésico, aliviando el dolor de los pacientes pero sin llevarlos a la inconsciencia total. De esta forma, los doctores podían obtener respuestas inmediatas y honestas a las preguntas que realizaban.
Los psiquiatras lo usaron en soldados que volvían traumatizados de la guerra, pero tenían miedo de contar sus experiencias. Así, podían obtener la información necesaria para ayudarles.
También, ha sido empleado para conseguir confesiones criminales, aunque nunca fue considerado como una prueba legal. Es decir, las confesiones obtenidas no podían utilizarse como pruebas fehacientes, pero sí eran útiles para ayudar a las investigaciones.
En conclusión, se debe tener mucha discreción al usar este suero, ya que muchas de las cosas que se dicen al estar bajo los efectos del mismo pueden ser salidos de la fantasía, por lo que es difícil extraer qué partes son ciertas y cuales corresponden a delirios.